Mauricio Flores
Es común observar en las avenidas y calles de la capital un menor ritmo de trabajo -menos camiones de volteo, menos obreros de la construcción acarreando material, un menor número de técnicos especializados en soldaduras o plomería- en las edificaciones que se levantan en la capital. Más común es ver letreros de “se vende” o “se renta” en desarrollo recientemente edificados al igual que en amplísimas casas de las colonias señoréales de la ciudad. Lo que no se puede aquilatar -y es natural por que no está a simple vista- es la cantidad de obras que han quedado en proceso de aprobación legal y por tanto está varada hasta el ingreso del Claudia Sheinbaum en el gobierno capitalino.
Desde hace 5 meses -ya más que confirmado que Alejandra Barrales había perdido la elección del mes de julio- el gobierno interino de José Ramón Amieva optó por detener todas y cada unan de las solicitudes de permisos de obra hechas al gobierno central. El impacto fue duro y directo contra el sector productivo que representa 11% del PIB de la capital.
Actualmente sólo las alcaldías de Cuauhtémoc y Azcapotzalco han vuelo a abrir las ventanillas de trámites para solicitar permisos de obra en los llamados “Polígonos de Actuación”, sin embargo aún no existe una definición precisa de cómo serán modificados con el nuevo gobierno tal y como anticipó Sheinbaum y su secretario de desarrollo urbano y de vivienda, Ileana Villalobos. Esa incertidumbre es la que ha impedido que a estas altura del año, a diferencia de períodos anteriores, no haya todavía una proyección de inversiones en centros comerciales, torres de edificios y de vivienda. Por ejemplo, a finales del 2017 la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios ya tenía estimación de 16 mil millones de dólares en inversión; actualmente no existe tal pronóstico ya que aún son desconocidos los parámetros con que se establecerá la densificación de la construcción vertical y son convivencia con las edificaciones de una o dos plantas e impacto sobre los servicios urbanos como dotación de agua, drenaje, electricidad, seguridad y vialidades.
De hecho, esta falta de proyectos está a punto de impactar a cerca de 150 mil puestos de trabajo que genera la industria de la construcción en la CDMX, entre albañiles, artesanos, ingenieros, arquitectos y agentes vendedores: una vez concluidos los proyectos en marcha no hay, por ahora, proyectos nuevos. A ello se suma un evento especialmente perturbador: la venta de casas nuevas ha caído casi 50% en los últimos tres meses y todo apunta a que la situación se mantendrá este mes de diciembre, mes en que estacionalmente las personas suelen comprar casas dada la disponibilidad de ahorros y aguinaldos.
¿Qué sucede? De acuerdo a diversas agencias de corretaje de bienes inmuebles, sucede que las personas están expectantes ante la situación económica propia del país: no saben hasta donde se mantendrán sus empleos y fuentes de ingreso en 2019, el impacto de la devaluación de peso sobre los precios de la vivienda, son factores que las familias sopesan antes de hacer una inversión de largo plazo, un cálculo que también se hace para la compra de automóviles nuevos (la segunda inversión mas importante de los individuos) que acumula ya 16 meses a la baja.
A ello se agrega la venta de casas lujosas, residenciales, en las colonias más selectas de la capital, cuyos propietarios están sobre reaccionando a la expectativa incierta que para los negocios ha generado el nuevo gobierno federal y cuyo efecto se ha traducido en una baja de hasta 35% en el valor de venta de ese tipo de propiedades.
En suma, la parálisis de la industria de la construcción amenaza con extenderse durante el primer trimestre del 2019, por lo que urge que la administración entrante establezca rápidamente los criterios de construcción y vigilancia de su cumplimiento a fin de generar un panorama preciso que permita concretar proyectos de inversión de manera razonable y de manera sustentable de una ciudad en donde se cometieron tropelías y abusos en determinadas zonas con permisos “a modo”.
No alcanza para Metro
Por cierto, los 18 mil millones de pesos que la nueva administración capitalina anunció se invertirán en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, alcanza sólo para darle mantenimiento -urgente- a cerca de 45% de las instalaciones. La cifra que se requiere es de 30 mil millones de pesos para que el mantenimiento fuera a fondo, reponiendo cableado que debió haberse sustituido hace 25 años y poner en funcionamiento 100 convoyes que hoy están descompuestos. Florencia Serranía, la nueva directora del Metro, tiene ante sí la complejidad de un sistema masivo de transporte con un precio de pasaje altamente subsidiado (reducirlo, aumentando el precio, es políticamente impopular) que requiere adicionalmente inversión para extender su red y mejorar la movilidad en la ciudad. Los 18 mil millones de pesos anunciados son buenos… pero insuficientes a todas luces
Segundo piso Constituyentes
Pues sí, existe una proyecto ya para construir un segundo piso en la abarrotadísima avenida de Constituyentes, con la finalidad de que se pueda enlazar directamente con el Periférico a la altura de Chapultepec y hacia la autopista México Toluca. Y es que tal y como lo dijo la ex directora de American Airlines en México, Tony Gutiérrez,: el Aeropuerto de Toluca sólo será viable en términos de una masa crítica de clientes sí se mejoran las salidas carreteras de la Ciudad de México. Ya le contaré.
