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Gente detrás del dinero… Chilango / CDMX, marca en extinción

Algunos ciudadanos empieza a mostrar su negativa a otro cambio de slogan y logotipo de la ciudad a través change.org.

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En el ánimo de que no queden vestigios visuales de lo que fue la labor de su antecesor, Claudia Sheinbaum va decidida a suprimir lo que Miguel Mancera empujo para crear la “marca ciudad” CDMX como una imagen internacional para la atracción de turistas de negocios y de placer, así como un eje de referencia para personajes creativos e innovadores.

Ciertamente no es la primera -y al parecer ni la última- ocasión en que los gobernantes en turno deshacen los intentos de sus antecesores para dejar su sello en el paisaje urbano.

En alcaldías que antes gobernaba el PRI, al ganar el PAN o el PRD cambiaban la triada verde-blanco-rojo por el azul o amarillo en edificios públicos y mobiliario urbano. El mismo Mancera cambió en 2012 el slogan de su antecesor, Marcelo Ebrard, de “Ciudad de la Esperanza” (que originalmente lo utilizó Andrés Manuel López Obrador cuando jefe del entonces Distrito Federal) para introducir el de “Ciudad de México, decidiendo juntos” con un logotipo más sobrio en colores amarillo y gris del Ángel de la Independencia… y que luego en 2014 introdujo el “CDMX” como marca-ciudad y que ahora será removido por un logotipo que se puede anticipar tendrá sus colores el marrón y el rojo entre sus elementos principales visuales así como algún slogan que haga referencia a la llamada “Cuarta Transformación”.

Si bien puede parecer “normal” que el gobernante en turno intente exaltar su gestión colocando sus colores partiditas en espacios e infraestructura pública, lo cierto es que el “CDMX” es la primera vez que una administración capitalina se toma en serio el intento de generar una “marca ciudad” a nivel internacional que empezó con el “branding” en un enorme globo rosa en los principales eventos aeroestáticos de Europa y la inscripción de la marca en los enorme 787 de Aeroméxico, y que en un par daños colocó a la Ciudad de México y su logotipo en el número 19 de las 20 mejor posicionadas en el mundo conforme la medición 2017 de  The World City Business Brand Barometer.

El nombre de “CDMX” tuvo desde siempre sus detractores, básicamente por la forma “en corto” en que el Fondo Mixto de Turismo de la capital decidió colores y formas, el “no considerar una consulta” ni haber tomado en cuenta las opiniones de un extenso número de diseñadores (enojo sobre todo entre aquellos que participaron en el concurso de imagen y slogan de 2008 y que quedó olvidado en algún cajón de la administración de Ebrard), pero lo cierto es que logró un amplio reconocimiento internacional: vaya, en mayo pasado a la CDMX se le reconoció como “capital mundial del diseño” con la realización del Design Week que encabeza Emilio Cabrero y cuya organización local correspondió a María Laura Salinas. Nunca antes una ciudad de América Latina había sido distinguida con un evento de esa naturaleza. Actualmente la capital capta divisas por arriba de los 4,700 millones de dólares anuales, y la ocupación hotelera pasó de un 64.8 promedio en 2013 a casi 70% en lo que va de 2018.

Algunos ciudadanos empieza a mostrar su negativa a otro cambio de slogan y logotipo de la ciudad a través change.org. El publirelacionista Roberto Ricalde empezó una petición en tal sitio de internet para que no se efectué el gasto para modificar la imagen de la capital, siendo su principal argumento que todas las grandes ciudades tienen una imagen muy clara para ser recordadas. “Nueva York, París, Londres, Las Vegas son solo ejemplo de lo que una constancia en branding reditúa en visitas e ingreso de divisas, además del orgullo de aquellos que viven en ellas”, escribe y advierte del costo de ese cambio: no es sólo el estímulo económico al diseñador que gane la convocatoria de Sheinbaum, sino el cambio en señalética urbana, en mobiliario, papelería y hasta en la imagen en taxis y en las campañas de promoción internacional.

Claro, con la instauración de una nueva y abrumadora hegemonía política, difícilmente los trabajos y programas de los gobiernos pasados perdurarán por efectivos y exitosos que hayan sido.

¿Tú también, Osorio?

En una de las más polémicas decisiones tomadas por el pleno del Senado de la República la semana pasada que puede afectar de manera profunda la relación entre trabajadores y empresarios, la aritmética legislativa nomás no cuadra. Me refiero a la aprobación del Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo qué si bien fomenta la libre asociación de los trabajadores, en su aplicación extrema puede crear muchos sindicatos dentro de las empresas; el cabildeo de esa aprobación corrió a cuenta de Napoleón Gómez Urrutia y como era de esperar Morena y sus aliados generaron 78 votos a favor cuando todos ellos suman 83 senadores, o sea faltaron 5. Pero más extraño es que al voto de Morena se adhirieron algunos priistas y que al parecer fue el propio coordinador tricolor, Miguel Osorio Chong, quien impidió llegara un recurso de inconformidad del PRI-PAN-PRD por la forma en que se aprobó ese convenio sin haber sido discutido en comisiones. ¿Será que el ex secretario de gobernación ya planea migrar de casa?

Teleurban 18

Uno de los eventos más relevantes de esta semana será el 18 aniversario de Teleurban como concepto de comunicación en medios de transporte, así como 8 años de haber iniciado operación de sus canales en el sistema de Metrobús de la Ciudad de México. Con sus operaciones en el transporte masivo de Puebla, Guadalajara, Estado de México y CDMX, la empresa que preside Jaime Asturiano genera 43 millones de impactos al mes, con lo que su alcance es similar al de un canal de televisión abierta.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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