Alejandra Martínez
Una foto que apareció recientemente en Excélsior, calificada por éste como histórica, muestra a Claudia Sheinbaum, futura jefa de Gobierno, acompañada por Rosa Icela Rodríguez y Ernestina Godoy, quienes respectivamente ocuparán la Secretaría de Gobierno y la Procuraduría de Justicia. Esta imagen iba acompañada por la frase “Una circunstancia que debe celebrarse”, y al parecer ilustra la culminación de una lucha que comenzaron las mujeres en nuestro país desde la época revolucionaria.
En aquel entonces aunque fueron muchas las que pelearon por la igualdad de derechos políticos y sociales entre hombres y mujeres, poco pudieron lograr hasta 1953, cuando se obtuvo el derecho femenino a votar y ser votadas. La lucha feminista por participar en la vida política estuvo siempre activa, incluso dentro del restrictivo marco institucional emanado de la Revolución.
Hoy en la capital del país son muchos los logros que se han tenido en la agenda en favor de este sector de la población, tanto en lo político como en lo social, lo cual, no obstante, ha resultado insuficiente para terminar de hecho con la violencia de género que sigue flagelando a nuestra sociedad.
El 5 de diciembre asume como jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, la primer mujer que llega al cargo por votación, y de ello son muchos los beneficios que se esperan para las mujeres. Hace algunos años Rosario Robles ocupó el mismo cargo al suceder a Cuauhtémoc Cárdenas, quien se convirtió en candidato presidencial del PRD en 2000.
En el gabinete de primer nivel que hasta ahora ha anunciado la jefa de gobierno electa hay 27 cargos, 16 de los cuales serán ocupados por mujeres. Esto representa, hasta ahora, un 59 por ciento de los espacios dentro de la administración, circunstancia que por primera vez se registra en la ciudad. Estamos, sin duda, ante un gobierno con claro rostro femenino.
¿Qué podría esperarse de un gobierno que presenta estas características? De acuerdo con diversas encuestas, mucho trabajo, eficiencia y menos corrupción. Eso, al menos, es lo que en general se espera cuando una mujer ocupa un cargo de alto nivel, tanto en el gobierno como en la Iniciativa Privada.
Entre las mujeres que acompañarán a Sheimbaum se encuentran muchas que tienen experiencia en cargos públicos y que ahora tendrán más visibilidad pues sus responsabilidades serán más importantes o de mayor jerarquía, como en el caso de la secretaria de Gobierno y la procuradora de justicia, de quienes se esperan los mismos resultados que si fueran hombres… y un poco más.
De su trabajo se prevén beneficios para toda la población y también un claro impulso a una agenda de equidad, en la que además de que haya mujeres en cargos públicos, se implementen políticas públicas en favor de ellas.
De entrada, un combate frontal a los feminicidios, seguido de una reducción drástica de los mismos. Se esperan políticas que apoyen a las madres solteras, a las que tienen hijos e hijas con alguna discapacidad, y a las que son violentadas en cualquier forma, ya que son esos los temas en los que la ciudad ha dejado desprotegido a ese 50 por ciento de la población, que además de su peso en la sociedad y en la economía, es el que aporta el mayor número de votos en cualquier tipo de elección.
El que inicia es un gobierno diferente, que gobernará para mejorar las condiciones que hoy existen en la ciudad. Por eso la agenda de las mujeres y la protección de todos sus derechos es un tema que debe ser eje rector. La deuda que se tiene es enorme. Las muertas, las desaparecidas y las golpeadas son un lamentable ejemplo. Por eso es de celebrarse que en los próximos años la agenda femenina recobre visibilidad, no por el interés del voto, sino por la sensibilidad de todas esas mujeres que llegarán al poder y tienen la oportunidad de honrar a todas las que lucharon antes.
Se lo deben a ellas, y las generaciones del futuro lo agradecerán. Ese, sin duda, es uno de los principales legados que puede dejar el gobierno que llega.
