Por Erick G. Fierro Alcántara
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Ha pasado casi un mes desde que el actual gobierno tomó posesión de la administración federal, encabezados por el eterno bipolar, Andres Manuel López Obrador, y al parecer, quiénes nunca hemos confiado en su proyecto de nación, no estabamos muy alejados de la realidad cuando aseveramos durante las campañas pasadas que, de llegar Morena al poder, se trataría de un gobierno de incapacidades basado en el método de prueba y error, y vaya que han habido muchos de éstos últimos. Qué vergüenza para Andres Manuel haber pasado tantos años buscando la anhelada presidencia y venir a desempeñar este “papelazo” en apenas poco menos de 30 días.
Hay una gran incapacidad en el Gobierno Federal y desorganización en el Congreso, pues basta recordar la penosa cantidad de errores que se han cometido en el transcurso de este mes, como aquél de la iniciativa enviada al Senado de la República por el mismo Andres Manuel, en la que por una evidente ignorancia del quehacer legislativo casi termina por suprimir la autonomía de las universidades. Por si fuera poco, la reflexión y recapacitación de ese error no fue propia, sino que algunas horas después tuvieron que salir diversos grupos parlamentarios y rectores de las universidades a evidenciar tal desastre, solicitándole la rectificación de su iniciativa que originalmente tenía por objeto derogar la Reforma Educativa.
Qué decir de aquél otro dentro del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, en el que estaba proyectado un recorte presupuestario a las universidades y al Programa Nacional de Becas. Otra vez, quienes tuvieron que solicitar la rectificación fueron los estudiantes y los rectores, y una vez hecha la solicitud, Andres Manuel aceptó que se trató de un nuevo “error”, básicamente porque como dijo él “somos humanos y también cometemos errores”.
Habían pasado apenas unos cuantos días, cuando de pronto la opinión pública había notado ya un tercer dato alarmante, ahora respecto del tema migratorio y de asistencia consular, pues de acuerdo al Proyecto de Presupuesto de Egresos, existía una reducción del 82% al programa de “Protección y Asistencia Consular”, que tiene la función de auxiliar a migrantes mexicanos que se encuentren en situación de injusticias o arbitrariedades por parte de autoridades extranjeras. Fue el “flamante” Canciller, Marcelo Ebrard, quién salió a los medios de comunicación a decir que había sido un “error de dedo”, y que pronto se rectificaría la situación. Sí, así como lo está leyendo, un “error de dedo”, en un Gobierno Federal, imagínese usted.
Cuando creíamos que ya había sido suficiente de errores y que ahora podríamos ir a disfrutar de nuestras fiestas decembrinas en paz y en compañía de nuestros seres queridos, llega un error más ahora relativo a la ampliación de la Línea 12 del metro. Sí, uno más para terminar el año, pues otra vez en el Proyecto de Presupuesto de Egresos se identificó que se habían etiquetado 1, 400 millones para la ampliación de la línea 9 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, cuando en realidad debían haberse destinado a la ampliación de la línea 12 del mismo. Esta vez fue el turno de Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la CDMX, para dar una conferencia a los medios y decir que hubo otro error, mismo que en un futuro se corregiría conjuntamente con la Secretaría de Finanzas. En fin.
Hay tres noticias: la buena noticia es que el año prácticamente ha terminado, por lo cuál es casi imposible que se vuelvan a equivocar, al menos dentro del 2018; la mala es que seguramente iniciaremos el próximo 2019 con nuevos errores de este tipo, y la peor es que aún nos quedan unos años de la mano de este gobierno incapaz. Hablando de errores increíbles, sigo pensando que el más grave de ellos fue el que cometieron esos 30 millones de ciudadanos al dejar su futuro y el nuestro en manos de la ineptitud para gobernar y la poca aptitud de servir, espero que ya se hayan dado cuenta que su “mesías” tiene un lado humano que también se equivoca y mucho, así como también una faceta de ira, que ya ha alcanzado a más de uno de sus votantes dejándolos al borde del desempleo y el arrepentimiento.
