Cuando más necesita de la unidad interna, ahora que inicia su lucha por la candidatura presidencial, el jefe de Gobierno sufre de un enfrentamiento al interior de su gabinete, paradójicamente, propiciado por su equipo más cercano.
Aunado a que Miguel Ángel Mancera se concentrará en su promoción personal, hay dos asuntos que tienen con los pelos de punta a todos: quién será el aspirante a sucederlo en 2018 y quién cerrará la actual administración, cuando el jefe se vaya en septiembre.
El primer tema todavía no es un problema real, pues, a final de cuentas, es una decisión que implica a varios actores políticos y cuando se defina la candidatura todos se disciplinarán hacia el ungido.
Lo que sí se empieza complicar es la lucha por tomar el lugar del jefe de Gobierno a partir de octubre, pues quien se quede al frente será el encargado no solamente de cerrar la administración, sino de los recursos para respaldar la campaña del próximo gobernante.
Y aquí es donde los problemas brotan por todos lados, principalmente al interior de las áreas de quienes están identificados como sus más cercanos.
Por ejemplo, el que en las cuentas oficiales de redes sociales de la Procuraduría General de Justicia del DF y de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina hayan aparecido mensajes “inapropiados” no es una casualidad, es guerra sucia.
La PGJDF, que encabeza Rodolfo Ríos Garza, siempre ha procurado el respeto a los derechos humanos de las víctimas y, casualmente, la semana pasada, en sus redes sociales, se criminalizó a Lesvy Osorio, una joven encontrada muerta en CU; no es nada normal.
También en las redes sociales, pero de la SSP capitalina, apareció la semana pasada la promoción de un evento de una diputada de Morena en Tlatelolco, lo cual es ilegal y tampoco había pasado nunca.
Es muy sabido que el secretario Hiram Almeida está en guerra con el Jefe Apolo, que es quien en realidad maneja la Policía capitalina, pero el tema va más allá.
Casualmente, en los últimos días ha habido hechos violentos graves al mismo tiempo, lo que ha prendido las luces rojas en el Gobierno.
Junto con Ríos Garza e Hiram, otro que ha recibido golpes bajos en los últimos días es el consejero jurídico Manuel Granados, a quien han querido bajar con temas policiacos de sus colaboradores que, casualmente, explotan ahora.
Quienes han sido víctimas de los obuses están plenamente seguros de que detrás de ellos está un personaje muy cercano a Gobierno de la Ciudad de México, que actualmente es secretario y que viene trabajando con el jefe de Gobierno desde antes de llegar a su puesto actual. Es al único que no le ha estallado nada, que aspira a quedarse en lugar del jefe de Gobierno después de septiembre y que todo el mundo sabe que es perverso. Quiere quitar del camino a todos los cercanos que le representen una amenaza.
CENTAVITOS… Por cierto, otro afectado, aunque éste por sus propios colaboradores y no por extraños, es el secretario de Movilidad, Héctor Serrano, cuya dependencia anunció que, en un futuro, el gobierno aplicaría la revista vehicular a todos los automóviles de la CDMX para que puedan circular. Claro que, además de la ciudadanía, otro que saltó de inmediato para desmentir tan tonta idea fue el propio jefe de Gobierno de la Ciudad de México, quien dijo desconocer el asunto, pero que, desde luego, en su sexenio no será. Serrano tiene el control de todo fuera de casa; al parecer, dentro no.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/05/08/1162176
