Adrián Rueda
Al renunciar a la dirección general del IMSS, el ex panista Germán Martínez hace un boquete al gobierno de la llamada Cuarta Transformación, pues queda coja la política de salud prometida por el mandatario.
En una carta dirigida al Consejo Técnico del organismo –no a Andrés Manuel López Obrador-, Martínez acusó a la Secretaría de Hacienda de tratar de injerir en el Instituto mediante un control excesivo del gasto, que ya afectaba su operación.
“Algunos funcionarios de la Secretaría Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud”, escribió.
En su dura misiva, el ex panista acusa de neoliberal la política hacendaria del gobierno, que precisamente había prometido ir contra esa política económica.
“El Presidente proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el cargo que el encargo”, denunció.
La situación es delicada, toda vez que ese Instituto es el de mayor atención da a la salud de los mexicanos, y López Obrador había prometido fortalecerlo, por lo que incluso desapareció el Seguro Popular.
Martínez tiene razón en que la política hacendaria ha sido de recortes en todas las áreas del gobierno, al grado de hacerlas inoperantes, y todo para que esos ahorros vayan a parar a manos de los ninis a través de prebendas.
Es decir, el gobierno prefiere quitar el dinero a los enfermos para dárselo a los huevones, como se dice coloquialmente a quienes no hacen nada productivo.
La renuncia representa el primer golpe seco a la administración del tabasqueño, pues viene de adentro y desde lo más profundo de una de las áreas más sensibles que es la salud y el bienestar, dos cosas que prometió el actual gobierno.
Sin que fuera una crítica directa a los súper delegados nombrados por López Obrador en cada estado, quienes bajarán el dinero de los programas sociales, Martínez acusó a Hacienda de intentar lo mismo en el IMSS, anulando las decisiones del Consejo Técnico.
El hoy ex funcionario de la 4-T dejó un dramático diagnóstico del Seguro Social, al advertir que en lo que va del año no hay avance en obras, pago a proveedores, contratos actualizados de servicios y las compras de equipamiento están paradas.
Los más afectados, desde luego, serán los más pobres, pero si así está el IMSS, que se supone es pilar del sistema, cómo estarán las demás áreas de Gobierno no prioritarias, que están siendo asfixiadas para que el presidente tenga dinero para regalar.
Parece que no todo mundo le aguantará sus locuras al presidente, y ya salió el primero que tiene dignidad, no como los otros a los que exhibe en público y sólo bajan la cabeza.
