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Capital Político

Hacen a un lado a Orta

Luego de anunciar la desaparición del Cuerpo de Granaderos de la capital, por considerarla una corporación represora, el 5 de diciembre, en el Teatro de la Ciudad, Claudia Sheinbaum advirtió que la GN no entraría a las calles de la CDMX.

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Adrián Rueda

Una orden presidencial echó por tierra los anuncios y justificaciones del gobierno capitalino que, por una parte, juraba y perjuraba que los índices delincuenciales iban a la baja, y que por ningún motivo entraría la Guardia Nacional a la Ciudad de México.

Luego de anunciar la desaparición del Cuerpo de Granaderos de la capital, por considerarla una corporación represora, el 5 de diciembre, en el Teatro de la Ciudad, Claudia Sheinbaum advirtió que la GN no entraría a las calles de la CDMX.

Pues no pasaron ni seis meses para que, ante la ola de violencia en que está inmersa la capital, el propio Presidente de la República ordenara que la Guardia Nacional no sólo patrulle las zonas limítrofes con el Edomex y Morelos, sino en las 16 alcaldías.

Habrá que recordar eso de “Claudia, no estás sola…” y, precisamente, como la jefa de Gobierno no está sola y no puede con el paquete de la seguridad, pues la Federación ya le mandó refuerzos.

Acatando de inmediato la orden presidencial, Alfonso Durazo, secretario federal de Seguridad Pública, anunció que sus policías entrarán primero a las cuatro alcaldías más peligrosas, que son Tlalpan, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tláhuac.

Casualmente, todas son gobernadas por Morena y dos de ellas estaban en manos pejistas desde 2015: Tláhuac, con Rigoberto Ochoa, hoy diputado local, y Tlalpan por la propia Sheinbaum, hoy jefa de Gobierno.

Lo grave no es que la Guardia Nacional entre a la Ciudad de México, pues los capitalinos lo agradecerán, ni que Claudia falte a su promesa de que ese cuerpo policiaco no pisaría las calles de la capital.

No, lo delicado es que se haya enterado por voz de YSQ y que después Durazohaya explicado de qué se trataba el asunto. Aunque fuera una orden, quien lo debió anunciar era la jefa de Gobierno o, al menos, un anuncio conjunto.

Y ni qué decir de Jesús Orta, el secretario de Seguridad Ciudadana de la capital, que quedó como un cero a la izquierda, pues ya le mandaron a los que sí pueden con el paquete, mientras él se entretiene con sus cuadrantes.

Ante el desborde de la delincuencia en la capital, Orta prometió irse si en un año no entregaba resultados —no aclaró si un año a partir de hoy o desde que llegó, hace seis meses—, pero es obvio que los de arriba no creen que deba esperar tanto.

Para qué se espera un año si ya le dejaron claro que no confían en él y que otros llegarán a hacerse cargo para cubrir su probadísima ineptitud.

CENTAVITOS

Más que encabritados andan varios alcaldes morenos que tienen que asegurar el acarreo del lunes para el pejefestejo en el Zócalo, a un año del triunfo electoral. Y es que ellos tienen que pagar y ejecutar, mientras Carlos Ulloa, secre particular de Claudia, se quiere parar el cuello diciendo que él es el gran organizador del evento, que, en estricto sentido, ni siquiera le toca a su jefa, sino al pueblo.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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