Por La Mafia en el Poder
Por mucho que ahora diga que hay una gran coordinación con el gobierno federal, y que el operativo en contra de El Ojos en Tláhuac estaba planeado desde hace más de seis meses, la realidad es que Miguel Ángel Mancera fue ignorado por la Marina.
Acababa de regresar de su gira por Chihuahua, a donde fue a cabalgar como Pancho Villa y a regalar patrullas en los municipios de Juárez y Parral, cuando el jefe de Gobierno fue enterado que los marinos habían entrado a Tláhuac a atacar al cartel del lugar.
Todo había pasado muy rápido; un grupo pequeño pero muy efectivo de la Marina había enfrentado y abatido a El Ojos y sus principales colaboradores y no le habían avisado al gobierno de la CDMX porque sabían que estaba infiltrado por los criminales.
De inmediato Mancera inició un tour por varios medios para hacer un control de daños y tratar de agenciarse parte del triunfo, pero lo único que pudo evidenciar es que ni enterado estaba del operativo.
Lo único que logró fue quedar en ridículo, sobre todo por lo que vino después de la muerte del capo: incendios y bloqueos en calles de Tláhuac para impedir que los posteriores operativos de búsqueda dieran con más delincuentes.
En lugar de aceptar la realidad, el jefe de Gobierno se enfrascó en un debate semántico de si en la CDMX existen carteles o no y se aferró a que eso no es cierto, que en todo caso se trata de grupos criminales con amplio poder de delinquir.
¿Y qué no para el caso es lo mismo? Son organizaciones criminales que dañan a la sociedad mientras él se pasea por el país y el extranjero armando su precampaña presidencial.
Le dan un estate quieto
El operático en Tláhuac fue leído como un mensaje para que Mancera le baje un poquito de volumen a su campaña por la Presidencia Nacional, pues el gobierno federal lo ve muy desatado tratando de posicionarse.
Parece que en realidad quiere que se dé el Frente Amplio Democrático para encabezarlo, y que eso perjudicaría no sólo a Andrés Manuel López Obrador, sino al propio PRI que sigue creyendo que tiene chance de conservar el poder.
Lo que quieren hacer desde Los Pinos es debilitar la posibilidad de alianza en contra del tricolor, y por eso mandaron el mensajito a Mancera que seguramente lo leyó muy bien porque de inmediato se escondió.
Tenía programado el sábado en Iztapalapa una jornada más de Tu Ciudad Te Requiere y de última hora le canceló a la delegada Dione Anguiano, quien no recibió ninguna explicación al respecto.
No hace falta ser genio para entender que a Mancera le dio frío ir a Iztapalapa y estar tan cerquita de Tláhuac, pues ese cartel ya había penetrado en esa demarcación y para qué jugarle al vivo.
Seguramente los eventos del jefe de Gobierno se concentrarán de nuevo en El Zócalo, donde la seguridad es cada vez mayor.
Había que bajarle al socavón
Con respeto al operativo en Tláhuac y la posterior revolución en sus calles, hay quienes dicen que el verdadero motivo de llevarlo a cabo fue la intención del gobierno federal de desviar la atención del socavón del paso exprés en Cuernavaca.
Como el tema crecía cada vez más en contra del secretario de Comunicaciones, Gerardo Ruiz Esparza, sobre todo entre los legisladores de Morena y del propio PRD, en Los Pinos ordenaron darle una sacudida a Tláhuac.
Con esa acción dieron un triple golpe.
Primero el gobierno federal quedó bien ante la ciudadanía por hacerse cargo de un asunto letal para la capital y desarticular un cartel que amenazaba con apoderarse de toda la CDMX.
Segundo porque le dio un golpe directo a Morena, al exponer la corrupción de unos de sus gobernantes en la ciudad, el delegado Rigoberto Salgado, y con ello dejar vulnerable a ese partido en cuanto a sus reclamos.
Y tercer al PRD, pues aunque el tema se focalizó en Tláhuac, quedó de manifiesto que en la capital no hay control en ese tema, y eso sí le corresponde a los perredistas.
Así que todo mundo calladito.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
