Alberto Cuenca
En la Agencia de Noticias del Estado Mexicano Notimex, los trabajadores enfrentan un acoso laboral.
Colegas con muchos años de experiencia son víctimas de despidos sin siquiera la liquidación que por ley merecen.
Al menos 10 periodistas radicados en la Ciudad de México para coberturas de fuentes nacionales han perdido su empleo en los últimos meses y bajo esas circunstancias, comentan quienes aún siguen ahí.
La conclusión del contrato laboral es indignante, narran ellos mismos. Sus jefes de información los mandan llamar a la redacción y ahí se topan con una notificación de baja suscrita por quienes integran la Dirección de Administración y Finanzas de la Agencia.
Con el argumento de que su salida se debe a las medidas de austeridad y control presupuestario adoptadas por el gobierno federal, les informan en un párrafo que su relación laboral se da por terminada.
Compañeros despedidos que han solicitado el anonimato detallan que el oficio de baja llega acompañado de elementos de seguridad, quienes los escoltan hasta la salida.
Al no obtener la liquidación, los colegas despedidos ya se organizan para interponer juicios laborales.
Para quienes siguen dentro de Notimex la presión, el acoso y el temor crecen, pues como parte de la nueva política laboral impuesta por la directora, Sanjuana Martínez, se les obliga a presentarse diariamente en la redacción, con la consabida incertidumbre de ser el o la siguiente a quien le llegue la notificación de baja, junto con los policías que los llevarán hasta la puerta.
Un tema de sorpresa para los despedidos y para quienes se han salvado es que ni los sindicalizados tienen garantizada su permanencia, pues se les ha medido con la misma vara y la dirigencia del Sindicato encabezada por Conrado García Velasco no ha metido las manos.
La pregunta de los trabajadores es que tal vez Conrado ya negoció mantener los privilegios para él y sus familiares o por lo menos evadir denuncias por nepotismo en su contra.
En enero de este año los mismos trabajadores dejaron en evidencia que el líder del gremio colocó a sus familiares en plazas operativas, como a su hermano Francisco, a quien le habría dado un puesto de redactor, o a su hija Atzín, a quien sin ser reportera la habría enviado a un programa de intercambio suscrito con el gobierno chino, con todos los gastos pagados.
A la base trabajadora de Notimex le llueve sobre mojado, pues nos comentan que los integrantes del Comité Ejecutivo del Sindicato ya ni se aparecen por la Agencia, por el temor a ser despedidos, lo que deja en la incertidumbre a sus representados pues no tienen a quien recurrir para pedir una licencia o hasta vacaciones, lo que antes se tramitaba en la oficina del gremio.
Hoy, si algún empleado quiere tomar vacaciones debe acudir con su jefe inmediato y será este quien decida si las autoriza, pero dadas las circunstancias ya ni piensan en eso.
Los colegas también lamentan el despido masivo de corresponsales y el cierre de las oficinas regionales en todo el país, donde había un promedio de 10 trabajadores por despacho.
Para los periodistas que aún quedan en Notimex el mensaje es claro: Andrés Manuel López Obrador nunca ha querido a la Agencia y aunque no la desaparecerá, sí la reducirá a su mínima expresión. El futuro más evidente para los compañeros que ahí trabajan es que muchos de ellos pronto perderán su empleo.
FALSO DEBATE
El campechano anuncio del uniforme neutro en escuelas es un falso debate. Hay temas más urgentes por discutir, como la inseguridad o las señales cada vez más preocupante de la economía.
Pero quien le sacó provecho fue la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, cuando dijo que las niñas podrían usar pantalón y los niños falda. Lo dijo justo el día en que los taxistas provocaban un caos en la Ciudad con sus protestas. La de Sheinbaum sí fue una nota distractora que después la SEP salió a corregir.
