Por Alberto Cuenca
@cuenquita
¡Ah, qué arrepentidos están los panistas de esa aventura político-electoral llamada Frente!
La alianza con el PRD sí que les resultó costosa. El perredismo se les convirtió en un ancla, incluso en aquellos supuestos bastiones amarillos donde se presumía que a los aliados les iría mejor.
Los números no mienten. Para la elección a la Presidencia de la República, el partido del sol azteca aportó a la causa de Ricardo Anaya tan sólo un millón 602 mil 715 votos, lo que representó apenas un 2.83 por ciento de los sufragios emitidos en todo el país.
Si no fuera porque el sol azteca obtuvo más de 3 por ciento en la votación de sus candidatos al Congreso de la Unión, hoy estaría en riesgo de perder su registro como partido político nacional.
Los estados donde el PRD es gobierno no se sumaron a esa coalición frentista, y en la capital del país, donde se supone que el voto amarillo sería el fiel de la balanza, Alejandra Barrales tuvo incluso más votos que los aportados por el PRD en todo el país a favor de Anaya.
Aquí, la abanderada a Jefa de Gobierno logró un millón 673 mil sufragios, es decir, 70 mil más que los aportados para el candidato presidencial. De los votos para Barrales, 650 mil 988 fueron del PAN, un 39 por ciento del total.
Para los panistas, esos datos revelan que la militancia nacional y hasta local del PRD no siguió a sus líderes en esa alianza de los opuestos; pero, lo que más les molesta es que con esos números queda claro que los militantes de Acción Nacional no se rajaron y a pesar de todo votaron por la ex dirigente de las aeromozas.
Un fastidiado diputado local panista, José Manuel Delgadillo, nos hacía un apresurado análisis de esa mal apuesta que fue la coalición con el PRD.
Encontramos al legislador la semana pasada al término de la sesión de la Diputación Permanente de la ALDF. Ahí se lamentaba de la escasa competitividad electoral que tuvo la coalición frentista.
A él le afectó directamente, porque iba en el número 11 de la lista plurinominal de candidatos del PAN a la Cámara de Diputados por la cuarta circunscripción, pero el porcentaje de la votación no alcanzó para que se convirtiera en legislador federal.
Desde el punto de vista de Delgadillo, el resultado de esa alianza electoral se resume así: “Nosotros le dimos al PRD más de lo que ellos nos dieron a nosotros”.
Para refrendar su dicho nos aseguró que fue por el PAN que el PRD de Mauricio Toledo retuvo la alcaldía de Coyoacán con su candidato, el ex futbolista Manuel Negrete.
Otra vez, los números no mienten. En esa demarcación, la coalición Por la CDMX al Frente obtuvo la victoria con 191 mil 961 sufragios, contra 145 mil 977 de Morena. De los votos con lo que Manuel Negrete se proclamó ganador, el PAN aportó 80 mil 720.
La derrota trae destanteados a los panistas, que no saben ni para dónde jalar. El pasado 12 de julio la oficina del PAN en la ALDF difundió un boletín del legislador electo del albiazul, Pablo Montes de Oca, acusando a empresas ligadas a Andrés Manuel López Obrador, específicamente a Grupo Riobóo, por el colapso en la plaza Artz Pedregal.
El boletín ya circulaba en portales de medios de comunicación cuando los panistas comenzaron a hacer llamadas a los reporteros para bajar la información, sin mayor argumento.
Acaso se les olvidó que a Ricardo Anaya no le fue nada bien cuando en el tercer debate de los candidatos presidenciales acusó a Riobóo y la empresa lo demandó por daño moral.
No es redituable meterse con Riobóo, menos ahora, cuando AMLO será presidente, pero a algunos panistas todavía no les queda claro.
