Por Alberto Cuenca
Twitter: @cuenquita
Muy tersa había resultado la transición entre el gobierno entrante de Claudia Sheinbaum y la administración saliente de José Ramón Amieva, hasta que se atravesó en ese proceso el nombre de un oscuro personaje, el de Miguel Ángel Vásquez.
Junto con el nombre de este avieso operador político y funcionario de la actual administración capitalina está toda la información que él posee, relacionada con el manejo discrecional de la nómina de 300 mil trabajadores del Gobierno de la Ciudad.
Justo eso es lo que Vásquez se ha negado a entregar al equipo entrante, y la omisión ya empieza a levantar cejas.
La semana pasada, Sheinbaum reveló a la prensa que el equipo de funcionarios salientes no había entregado nada relacionado con el personal, procesos de contratación o la nómina de la burocracia local.
“Hay muchos temas en los que ha sido muy abierta la información, pero particularmente en lo que ha sido capital humano ni siquiera han asistido a las reuniones de transición”, acusó la mandataria electa.
Dijo que a su equipo no se le había dado ninguna explicación sobre esas ausencias en las reuniones de trabajo y, en medio del reproche, hizo un llamado a la Secretaría de Finanzas para que abra la información sobre el personal de la administración capitalina, “porque es un acuerdo que tuvimos con el Jefe de Gobierno”, subrayó.
El llamado de Sheinbaum es obviamente para Julieta González, secretaria de Finanzas, pero sobre todo para Miguel Ángel Vásquez, jefe político de esta última y quien oficialmente ocupa la Coordinación General del Gabinete Interinstitucional del Gobierno de la Ciudad.
Vásquez conoce de esa nómina hasta la médula, incluso desde que Andrés Manuel López Obrador era jefe de Gobierno. En aquella administración fungió como director de Relaciones Laborales de la Oficialía Mayor, entre 2000 y 2003, y luego como director general de Política Laboral, de 2003 al 2006.
En el actual sexenio de Miguel Ángel Mancera ocupó el cargo de director general de Administración y Desarrollo de Personal de la Oficialía Mayor, entre 2012 y 2017; y después fue subsecretario de Administración y Capital Humano de la Secretaría de Finanzas, hasta que en marzo pasado Mancera lo convirtió en un poderoso coordinador de Gabinete.
¿Qué oculta Vásquez? Muchas acusaciones hay desde la campaña electoral, cuando trabajadores eventuales y de base denunciaban que se les presionaba para que hicieran proselitismo a favor del PRD.
Los nombres del líder del SUTGDF, Juan Ayala, y del impresentable dirigente del sindicato de Bomberos, Ismael Figueroa, salieron a relucir por su presunto contubernio en lanzar y ejecutar esas amenazas. Ambos fueron candidatos perredistas a diputados locales.
Estos días se han hecho públicas acusaciones de los burócratas capitalinos, quienes señalan que ha comenzado la contratación masiva de trabajadores por nómina ocho en delegaciones y secretarías, acaso para pagar favores políticos o para dejar vacías las arcas locales antes de que entre el nuevo gobierno.
Tres días después del 1 de julio, Sheinbaum se reunió con Amieva. Al término del encuentro, la ganadora de los comicios dijo que uno de los acuerdos fue que en este periodo de transición no habría contratación de personal. En caso de ser ciertas las denuncias de los burócratas, el gobierno saliente rompió aquel acuerdo.
¿Será acaso que no la tiene o que Vásquez tampoco quiere dársela?
Cualquiera de estos supuestos hace pensar que el coordinador del gabinete sigue rindiéndole cuentas a Mancera, no a José Ramón Amieva, y que por orden del primero no entregará la nómina del gobierno capitalino, porque en ella se esconden muchos secretos.
