La luna de miel terminó para la coalición de partidos que arrasó en las pasadas elecciones. Al menos en el Congreso capitalino ya hay problemas en el paraíso.
Los tambores de guerra resuenan entre el PT y Morena, ex aliados electorales, como también entre morenistas que ya se dividen en facciones a favor o en contra de los futuros alcaldes.
El pleito surge por una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de Alcaldías que el diputado de Morena, Temístocles Villanueva, presentó el pasado 18 de septiembre, apenas un día después de instalado el Congreso local.
En detrimento de la Constitución local y de los futuros concejales, la reforma planteada por el legislador Villanueva incrementa las facultades de los alcaldes para aprobar el presupuesto anual, así como para disponer de su estructura administrativa, a través de una autoregulación del propio funcionario.
La médula de la reforma está en una adición al artículo 104, que señala las atribuciones del Concejo. “El proyecto de presupuesto y en su caso, las observaciones específicas al mismo que no fuesen aprobadas por el Concejo serán remitidas al Ejecutivo para que éste las envíe al Congreso”, se lee en la propuesta de Villanueva a nombre de la bancada.
Así, se da carta abierta a los alcaldes para aprobar el presupuesto de su alcaldía, sin importar que los concejales se opongan o lo avalen parcialmente y con observaciones. Si los concejales que no sean afines al alcalde se oponen al presupuesto, lástima por ellos, ya que el presupuesto se va al Congreso sí o sí.
Pero el asunto no para ahí. La reforma presentada por Temístocles Villanueva considera que, como aún no han sido emitidas las nuevas leyes y reglamentos que norman el proceso de presupuestación en la Ciudad, ni se han armonizado los existentes, se propone un artículo cuarto transitorio en el cual se señala que “para efectos del proyecto de presupuesto de egresos de las Alcaldías para el ejercicio fiscal 2019, no será aplicable lo dispuesto en el artículo 104 fracción II de la presente Ley y en tanto no se expidan las leyes y normas relativas al proceso de presupuestación de la Ciudad de México”.
Ello significa anular por un año las atribuciones de los concejales para participar en la aprobación del presupuesto.
Con la reforma, los alcaldes podrán disponer a voluntad de la estructura administrativa. Se flexibilizan los requisitos para designar al secretario técnico del Concejo, quien podrá ser nombrado por el alcalde, mientras que los concejales no podrán pedir su remoción.
Para nombrar a los titulares de Asuntos Jurídicos, Obras y Administración, el alcalde ya no estará obligado a someter la propuesta a procedimientos de capacidad comprobada, definidos por otras instancias. Queda abierta la puerta para el nombramiento de amistades o cuotas.
La iniciativa ya generó chispas entre concejales electos del PT, que circularon un video en redes sociales donde acusan a Morena de intentar retroceder en derechos y dotar a los alcaldes de facultades indebidas.
En el video, los petistas calificaron de lamentable la iniciativa y dijeron rechazar el engaño de Morena hacia los capitalinos, “así como la falta a los principios republicanos que ha comprometido nuestro presidente electo”, dijeron.
Pero la inconformidad no sólo es del PT. Hay diputados morenistas a quienes no les agrada el contenido de la reforma. Los inconformes, nos dicen, son aquellos que no forman la burbuja de los alcaldes electos y que ven disminuida la capacidad de maniobra de sus propios grupos.
¡Al parecer ya no harán historia tan juntos!
