Por Alberto Cuenca
@cuenquita
Durante la semana pasada, Claudia Sheinbaum realizó recorridos por seis delegaciones donde el sismo del 19S provocó severos daños en viviendas. Dijo que, como resultado de la visita a colonias y pueblos afectados, creará un nuevo programa de reconstrucción que pondrá en marcha apenas tome posesión del cargo como jefa de gobierno.
Anunció que en septiembre próximo sus colaboradores levantarán un censo de personas afectadas y de inmuebles dañados en todos aquellos lugares donde hubo afectaciones por el sismo, incluidas las colonias que no alcanzó a visitar. No se olvidará a nadie, aseguró.
Dijo que será necesario generar ese nuevo censo, pues acusó que las bases de datos con las que cuenta el actual gobierno están incompletas y no dan certeza de lo que verdaderamente se necesita para que todos los damnificados tengan una vivienda digna.
De las declaraciones a la prensa y de lo que Sheinbaum le dijo a los vecinos durante esos recorridos queda claro que el nuevo programa de reedificación parte de la desconfianza que la próxima mandataria le tiene a lo hecho por el gobierno actual.
Si por ella fuera borraría de un plumazo lo que ha realizado la administración de José Ramón Amieva en materia de reconstrucción. Sabe que no puede, pues bien que mal el actual gobierno ha avanzado en acciones como la demolición de inmuebles en riesgo de colapso, así como en acuerdos con damnificados para la reedificación de viviendas.
Si la jefa de Gobierno electa cancelara lo ya hecho generaría una situación de incertidumbre entre cientos de víctimas del sismo, aun antes del inicio de su gobierno.
La de Morena sabe que atender a los damnificados es un asunto prioritario y de gobernabilidad política. No se puede permitir que las protestas ensombrezcan su administración, incluso antes de sentarse en la silla del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Los recorridos con los damnificados también son operación política, para comenzar a cerrar heridas que el gobierno de Miguel Ángel Mancera y luego el de Amieva mantuvieron abiertas y sin atención.
Como ganadora de la elección, Sheinbaum caminó hace una semana por las calles que como candidata no podría haber pasado ni de broma. Así, llegó al centro del pueblo de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, donde los habitantes habían corrido a patadas al delegado Avelino Méndez, y pudo entrar al campamento de unos combativos damnificados del Multifamiliar Tlalpan, quienes todavía ahora le exigieron a grito abierto certidumbre respecto a lo avanzado con la administración de Amieva.
Al visitar casas agrietadas, construcciones peligrosamente inclinadas o calles hundidas por enormes grietas que crecieron con el sismo, en delegaciones como Iztapalapa, Xochimilco o Tláhuac y que no aparecen en la Plataforma CDMX, Sheinbaum manda el mensaje de que habrá gobierno a partir del 5 de diciembre, pero también de que no ha habido autoridad en los últimos 11 meses.
La creación del nuevo censo provocó de inmediato reacciones en el actual gobierno. El comisionado para la Reconstrucción, Edgar Tungüí, le mandó decir a la de Morena vía declaraciones a la prensa que revise la información ya existente y a partir de ahí valore la necesidad de hacer un nuevo censo.
En la unidad habitacional Ermita Zaragoza, donde ninguna autoridad para la reconstrucción ha acudido, la jefa de gobierno electa le contestó a Tungüí.
“Pues sí, ya la revisamos, por eso necesitamos un nuevo censo, precisamente. Este es un ejemplo ¿cuándo ha venido aquí el comisionado Tungüí?
“Estas viviendas no están en la Plataforma de la Ciudad. Es un excelente ejemplo, que se necesita un nuevo censo”, respondió Sheinbaum.
Pero las críticas de la mandataria electa no han quedado ahí. Ha dicho que acuerdos de redensificación en inmuebles a reconstruir no han sido transparentes por parte del actual gobierno, solo se ha beneficiado a algunos y a otros se ha olvidado, pero además ha enfatizado que en su administración el trato con los damnificados será directo, sin intermediarios, sin que metan su cuchara líderes políticos o vecinales, ni organizaciones distintas a las de los propios afectados.
