Alberto Cuenca
Los desarrolladores inmobiliarios quieren incidir en las políticas públicas sobre el desarrollo urbano de esta Ciudad y así se lo hicieron saber, sin tapujos, a la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.
Públicamente y ante el pleno de los socios de esa poderosa organización empresarial, el nuevo presidente de la ADI, Enrique Téllez Kuenzler, le soltó a la mandataria la intención del gremio por proyectar sus intereses en la planeación de la urbe a largo plazo.
Enrique Téllez, sí, es el hermano del polémico ex secretario de Energía en el sexenio de Zedillo y de Comunicaciones en el sexenio de Calderón, Luis Téllez. De ese tamaño son los intereses.
El pasado 20 de marzo, durante el evento The Real State Show 2019 (Expo Desarrollo Inmobiliario), Enrique Téllez dio a conocer en su discurso que la Asociación envió a la oficina de Sheinbaum una propuesta de Ley de Planeación Urbana que contempla proyectos de los desarrolladores para la Ciudad y que espera sean incorporados en la iniciativa que la mandataria enviará al Congreso local a finales de este mes.
Ese día, el dirigente de los desarrolladores presumió que uno de los socios fue expulsado de la ADI por no cumplir a cabalidad las normas vigentes. Obviamente no dijo nada sobre cuántos de estos inversionistas se aprovecharon durante la pasada administración de la permisividad fomentada por Miguel Ángel Mancera, que se tradujo en la entrega de más de 500 polígonos de actuación, contraviniendo en muchos casos los usos de suelo.
Sheinbaum ha dicho que al menos 48 de esos polígonos, entregados entre 2016 y 2018, se otorgaron de forma irregular. Ingenuo sería pensar que ningún socio de la ADI fue beneficiario de alguno de esos 48 polígonos.
Cuando Téllez dijo que había entregado la propuesta de ley en la oficina de Sheinbaum, aseguró que “participar con las autoridades en los planes de desarrollo para las ciudades es y ha sido fundamental para alinear nuestros proyectos a la visión de gobierno y de la comunidad; es esta colaboración la que nos permite entender las necesidades de cada ciudad y de sus habitantes”, expuso el empresario.
Le enfatizó a la jefa de Gobierno que la entrega de la propuesta de ley fue un tema que ellos le hicieron ver desde la campaña electoral y que ahora, con el apoyo de un grupo de expertos cuyos nombres no reveló, tienen listo el documento.
“Le solicitamos colaborar con el equipo que usted haya designado, así como con el Congreso local, para compartir e incorporar estas ideas en beneficio de la Ciudad”, dijo ese día el empresario.
Pero contrario a lo que esperaban los de la ADI, Sheinbaum no le compró el discurso a Téllez. Les hizo ver que ellos han sido parte de la gentrificación y les dejó en claro que si quieren invertir en esta Ciudad no puede ser bajo ese modelo en el que ha predominado un desarrollo urbano desigual.
La mandataria lamentó que ese modelo de desarrollo urbano ha generado la expulsión de mucha gente hacia la periferia y a la zona de reserva ecológica, debido al encarecimiento del suelo.
En una entrevista dos días después de ese evento, se le preguntó a Sheinbaum si ya había leído la propuesta de la ADI y qué parte de la misma tomará en cuenta.
La gobernante aclaró que lo único de la ADI a tomar en cuenta en la creación de la Ley de Planeación tiene que ver con el combate a la corrupción durante la entrega de permisos y en la digitalización de trámites. Nada más.
Seguro los directivos de la ADI, donde aún incide la familia Daniel Kabbaz, no se quedarán de brazos cruzados y buscarán formas de incluir sus propuestas en esa Ley de Planeación que debe crearse por mandato constitucional.
Y si no es en el Ejecutivo local ahí está el Legislativo, donde por cierto el presidente de la que será la comisión dictaminadora de esa ley es el dúctil diputado del PAN Federico Döring. Entre marzo y abril habrá definiciones sobre el tema.
