Por Alberto Cuenca
@cuenquita
Cuando en julio pasado presentó su gabinete, incluso desde la campaña, Claudia Sheinbaum anunció que como parte de la reingeniería burocrática de su administración desaparecería a la Secretaría del Trabajo capitalina, y toda su estructura sería absorbida por la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco).
Las razones que hasta ahora ha esgrimido la jefa de gobierno electa para eliminar esa dependencia han sido básicamente presupuestales. Curioso es que ese sea el motivo para desaparecer a un ente que surgió por otras razones, sobre todo políticas.
Fue en la administración de Marcelo Ebrard donde surgió la Secretaría del Trabajo. El espacio serviría para el pago de cuota al grupo perredista de los Chuchos o corriente Nueva Izquierda, quienes a regañadientes tuvieron que apoyar a Ebrard en la campaña de 2006.
Recordemos que de parte de los Chuchos, Jesús Ortega buscó la candidatura a jefe de Gobierno, pero perdió en una contienda interna ante un Ebrard que entonces como ahora gozaba de la venia de Andrés Manuel López Obrador. “Marcelo es mi carnal”, dijo en aquella época el tabasqueño.
La Secretaría del Trabajo, que elevaba su rango pues antes era una subsecretaría dependiente de la Secretaría de Gobierno, sería para el otro Chucho, Jesús Zambrano, pero los líderes de la tribu vieron muy pequeña la rebanada de pastel que les tocaba y rechazaron el puesto, que al final fue ocupado por Benito Mirón Lince.
Con la administración de Mancera la función extra legal asignada a la Secretaría del Trabajo, de pago de cuotas a las tribus perredistas, no varió. Ahí encontró cobijo otro Chucho, Carlos Navarrete, así como la entonces dirigente del Foro Nuevo Sol, Amalia García.
Hoy que Sheinbaum quiere darle borrón a esa dependencia, hay quienes alegan las bondades de mantenerla. Curioso también es darse cuenta de quiénes lo piden y con qué argumentos.
Austeridad
Sheinbaum ha dicho que aplicará una política de austeridad para ahorrar 25 mil millones de pesos al año y redireccionar ese recurso a tareas de educación y desarrollo social.
Para 2018, la Secretaría del Trabajo de la Ciudad recibió un presupuesto de 920.9 millones de pesos, apenas un 3 por ciento de lo que Sheinbaum quiere con su plan de austeridad.
Esa decisión de la futura mandataria ya provocó reacciones en un grupo de abogados laboralistas, para quienes no se justifica de ninguna forma subordinar las tareas en materia de trabajo -que no solo es empleo- a la Sedeco.
Sheinbaum se reunió con ellos. Llegaron al encuentro más de 30 personas que representaban a la Asociación de Abogados Democráticos, la Barra Mexicana Colegio de Abogados, la Asociación de Doctores de Derecho, además de especialistas de la UNAM y la UAM. Se hicieron acompañar del abogado laboralista Arturo Alcalde Justiniano, padre de la futura secretaria del Trabajo federal, Luisa María Alcalde. Estaban también Manuel Fuentes Muñiz y Saúl Escobar, quienes fueron consejero jurídico y subsecretario del Trabajo en el gobierno capitalino de Cuauhtémoc Cárdenas.
Para ellos la Secretaría del Trabajo capitalina debe continuar, porque tiene obligaciones de carácter legal como la atención de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, la inspección laboral, el impulso a la negociación colectiva decente, la lucha contra los contratos de protección, actuar contra la discriminación laboral, dar seguimiento a los cambios establecidos en la reforma laboral de carácter constitucional y los que vienen con la entrada en vigor de la Constitución local.
Al salir del encuentro, Arturo Alcalde nos dijo una frase que en ese contexto toma relevancia. “No todo es presupuesto, no todo es dinero”, subrayó.
Sheinbaum tomó anotaciones, dijo que no pretende menospreciar al mundo del trabajo y se comprometió a continuar las reuniones a través de una comisión técnica en la que participarán ambas partes. Veremos si la futura mandataria apuesta por mantener una Secretaría que ha servido para el pago de cuotas, la reenfocará y dará un verdadero sentido laboralista o la subordinará a una dependencia, la Sedeco, que estará encabezada por un ex dirigente patronal como José Luis Beato.
