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LA ANTÍPODA OSCURA / MP indolente y socarrón

El sistema está hecho para inhibir la denuncia y este policía es el primer filtro para poderse anotar en una lista de espera.

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Alberto Cuenca

Víctima de la delincuencia, me vi forzado a acudir hace unos días a una agencia del Ministerio Públicos de la Ciudad ¡Qué desagradable experiencia!

Apenas llegué, un policía preventivo preguntó con hosquedad a qué iba. Así es, un policía preventivo fue el primer obstáculo a enfrentar para presentar mi denuncia.

A ese uniformado tuve que convencerlo que era en esta coordinación territorial y no en otra donde tenía que abrirse mi carpeta de investigación, además de que el delito del que fui víctima ameritaba que presentara la denuncia. ¡Así como se escucha!

El sistema está hecho para inhibir la denuncia y este policía es el primer filtro para poderse anotar en una lista de espera. Por cierto, el uniformado no discrimina, pues con la misma sequedad se comportó ante un padre de familia y su hija de secundaria que llevaba el rostro hinchado por los golpes.

El paterfamilia quería denunciar a la directora de la escuela donde estudia la niña. “Pues a lo mejor no es aquí, pero siéntese y espere a ver qué le dicen”, le dijo el malhumorado policía.

Las horas de espera son el otro aspecto que desalienta a cualquiera y cómo no esperar cuando en este Ministerio Público había solo un agente atendiendo una lista de denunciantes que no disminuía, pues así como unas víctimas se iban otras llegaban.

Ni posibilidad de ir al baño, porque los sanitarios no son para la población general ya que están cerrados bajo llave y solo el personal de la Procuraduría capitalina tiene acceso.

La entrevista con el agente del Ministerio Público llegó por fin y ahí estaba el otro obstáculo, indolente, socarrón y antipático.

“A ver, dígame, qué le pasó”, soltó el agente, quien sin más y en tono burlón concluyó que luego de mi relato no había delito qué perseguir.

Me puse a pensar en la cantidad de personas a las que éste agente socarrón les dijo lo mismo y que, desesperanzados, después de esperar horas, salieron de aquí derrotados, vulnerables y revictimizados.

No, no estuve dispuesto a ceder. Después de insistir en mis argumentos, el agente aceptó abrir la carpeta de investigación, no sin tener que soportar actitudes de este funcionario quien, haciéndose el gracioso, me pidió que me calmara y soltara con lentitud mi narrativa.

El servidor público interrumpió por un momento la diligencia pues sonó su celular. Del otro lado de la línea se escuchó la voz de una mujer. “¿No habíamos quedado que hoy te iba a robar?”, le preguntó el agente a su interlocutora. ¡Ufff!

Pero si la entrevista con este funcionario rayó en la indolencia, la que le siguió con los policías de investigación fue indigna. En una oficina de sillas desvencijadas, desganados elementos miraban Bob Esponja en el televisor.

Otra espera sin razón y luego las preguntas de un policía que tras escuchar mi relato me mandó con otro de sus compañeros al que le tuve que narrar lo mismo y que me regañó porque no le conté en una sola exposición todo lo que él necesitaba saber.

Después de arrebatarme la carpeta de investigación y leerla de prisa, anotó mis datos personales en una libreta. Me dijo que era todo y que después me llamaría ¡Ajá!

Pensé en las víctimas de ilícitos de alto impacto como violación, entrevistadas por estos tipos apáticos y preocupados más por acordar qué ver en la televisión.

Lo único positivo que concluí de esta forzada visita al MP fue la atención que recibí de parte del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad.

Ellos tienen un servicio de acompañamiento de víctimas del delito, con un asesor jurídico y un psicólogo. Me orientaron y estuvieron conmigo cuando presente la denuncia.

De no ser por su intervención aquel policía preventivo no habría permitido anotar mi nombre en la lista de espera y el agente del MP no hubiera iniciando la carpeta de investigación.

Bien por ellos; mal, muy mal por esa Procuraduría que encabeza Ernestina Godoy, que no ha podido cambiar nada de esa ineficiente y anquilosada dependencia.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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