Connect with us

Influyentes

La austeridad asesina de Chernobyl

El desastre marcó un antes y un después en materia de seguridad en este tipo de centrales e hizo evidentes los graves riesgos que implica la generación de energía eléctrica a través del proceso de fusión nuclear, que paradójicamente se considera el proceso más limpio en términos de residuos.  

Published

on

Jorge Alberto Lara 

@JorgeLara1 

Se ha transmitido en estas semanas la extraordinaria serie “Chernobyl” de la cadena HBO. Ha sido tal el impacto de la serie que ya ha sido calificada como la mejor de todos los tiempos. En esta polémica producción se relata lo ocurrido en el accidente de la planta nuclear Vladimir I. Lenin de Chernobyl, en la que uno de los reactores hizo explosión el 26 de abril de 1986, afectando de manera directa a la ciudad de Pripiat, ubicada en la ex – República Socialista de Ucrania y de manera indirecta a centenares de comunidades y hasta Europa y América del Norte, que resintieron la llegada de una nube radioactiva.  

Como toda serie que puede mezclar historia con dosis de ficción, la manufactura de la producción nos permite confiar en que el apego a los hechos es preponderante, sobre todo en aquellas partes que pueden ser verificables en registros oficiales o relatos de los protagonistas y testigos directos.  

Refiere la serie que el expresidente Soviético Mijaíl Gorbachov señaló que el declive y fracaso de la Unión Soviética tuvo como momento definitorio el catastrófico evento.  

Dentro del relato se muestra la forma en que la férrea disciplina burocrática del soviet se quiso interponer entre la verdad de lo acontecido y los esfuerzos para maquillar la gravedad del evento. En el contexto de decadencia del mayor experimento del socialismo real de la humanidad pudo más la arrogancia del poder que las necesidades de seguridad de cientos de miles, incluso de millones de personas.  

El desastre marcó un antes y un después en materia de seguridad en este tipo de centrales e hizo evidentes los graves riesgos que implica la generación de energía eléctrica a través del proceso de fusión nuclear, que paradójicamente se considera el proceso más limpio en términos de residuos.  

La serie retrata con una soberbia dirección de arte, que recrea con cruda fidelidad los parajes, edificios, instalaciones, oficinas y vehículos, cómo se vivía en la URSS de los ochentas. Por su parte, las actuaciones, música y vestuario no pueden sino ser calificadas como perfectas y en algunos casos, estrujantes. 

En uno de los momentos culminantes del relato, Valery Legasov, científico encargado de la comisión para investigar las razones del fallo del reactor, ofrece su testimonio ante el tribunal correspondiente 

A pregunta expresa del juez sobre las razones de las deficiencias técnicas y de la poca idoneidad de los materiales utilizados en el seno del reactor, su respuesta fue: “¡Era lo más barato!”. 

La franqueza en las explicaciones de Legasov significaron su defenestración por parte de la jerarquía soviética por desnudar las graves fallas y carencias del régimen. 

Además de la austeridad derivada de la ineficacia económica del régimen socialista, en la historia se hace referencia, como causas del desastre, a la impericia, el desprecio técnico y las ambiciones de los encargados de aquella central. 

El colapso de lo que fue la Unión Soviética es prolijo en lecciones de política y economía que vale la pena tener presentes, como lo ocurrido en el reactor número cuatro, de la central nuclear Vladimir I. Lenin. 

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

Continue Reading
Advertisement Article ad code

Los influyentes

Twitter

Facebook

Advertisement Post/page sidebar widget area

Recientes