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La diversidad sexual no estaba en la agenda de la izquierda.- Diana

La activista de la comunidad LGBTTTIQ, Diana Sánchez Barrios, vislumbra algo totalmente diferente: la batalla la ha peleado la sociedad civil.

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Gabriela Rivera

Al hablar de diversidad sexual, juraríamos que este tema es ineludible en la agenda vital de la izquierda partidista a nivel nacional y sobre todo en la capital del país. Pero parece que ni es así ni ha sido así. La activista de la comunidad LGBTTTIQ, Diana Sánchez Barrios, vislumbra algo totalmente diferente: la batalla la ha peleado la sociedad civil.

Con esa lucha se han alcanzado numerosos derechos ya plasmados en leyes y en la instrumentación de políticas públicas. También se han conseguido espacios y agenda en los partidos, pero ha sido un fenómeno de conquista, no una agenda natural. La evolución, los actores, los partidos y las propuestas son desglosados aquí a través de la mirada histórica de Sánchez Barrios, personaje clave en el fortalecimiento del complejo tejido social de este sector de la población.

La resistencia partidista

Las demandas de la comunidad LGBTTTIQ eran impulsadas por activistas que llevaban años de lucha (muchos a través de la cultura) como Manuel Oropeza, Lol Kin Castañeda, Jaime López Vela, Gloria Hazel Davenport. Conscientes de que requerían aliados incursionaron en el único espacio en donde podían aspirar a ver plasmados los derechos: la política.

El PRD tenía el gobierno de la ciudad desde 1997 y por su identidad ideológica se convirtió para algunos en el espacio lógico de participación, pero no fue sencillo. Al principio fueron integrados solamente para mostrar apertura e inclusión, y por ello en la práctica los progresos eran escasos.

Quienes desde el sol azteca intentaban ir más allá en la agenda de diversidad sexual, encontraban resistencia de líderes, incluido en su momento Andrés Manuel López Obrador, quien “no quería tocar el tema, ni siquiera el de las mujeres”.

Con el tiempo los perredistas cedieron en algunos tópicos, en especial cuando la agenda de diversidad sexual empezó a ser políticamente rentable, pues ponía a la ciudad en la agenda mediática nacional. Sin embargo, la resistencia vivida con algunos sectores del PRD, no se equipara con la oposición intransigente que enfrentaban con otras fuerzas políticas, como el PAN y el PRI.

La clave, asegura Sánchez Barrios han sido la organización y movilización desde la sociedad civil.

“Los partidos han sido un instrumento de la gran organización que hemos tenido las poblaciones LGBTTTIQ, logramos impulsar muchas cosas. Sin nuestra activación, estaríamos en pañales, porque no había voluntad política”, dice la política.

Primeros pasos

El primer precedente, que posteriormente se retomaría para las luchas legislativas lo dio el perredista David Sánchez Camacho, quien como diputado de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal organizó en 1998 el Foro de Diversidad Sexual y Derechos Humanos.

En el 2006 vino el segundo aire con la diputada Enoé Uranga y la Ley de Sociedades en Convivencia (el primer registro data desde 2001) y que se aprobó después de varios años de pugna entre los diferentes partidos políticos, incluida una ala conservadora del perredismo.

Para Sánchez Barrios, quien antes de dedicarse al activismo y a la política de tiempo completo, forjaba su destino como empresaria, el avance que marcó historia para la comunidad fue la concordancia sexo genérica promovida por el diputado David Razú Aznar, cuando militaba en el partido Social Demócrata, que permitía a las personas trans rectificar el acta de nacimiento de acuerdo al género con el que vivían, luego de un juicio costoso (entre 80 y 120 mil pesos) y terapias sicológicas y hormonales.

Era un procedimiento desagradable, pero era un primer avance. “A fuerza hormonas, un juicio de seis meses a un año y un tercero decidía por ti si eras apta para realizar el trámite”.

En 2009 vino el matrimonio igualitario con posibilidad de adopción, en el 2015 se consiguió desjudicializar la identidad, luego la Circular 111 para evitar discriminación en los procesos electorales y de ahí a cuenta gotas los avances.

Su batalla

En el largo camino que Sánchez Barrió recorrió personalmente, fue recogiendo indicios de que su lugar en el activismo sería relevante para impulsar leyes o cambios en las mismas. Lo vivió en carne propia: fue una de las primeras personas en realizar la concordancia sexo genérica, proceso que la marcó para meterse de lleno a la lucha.

Otro factor que la impulsó a no dejar pasar por alto sus derechos fue reconocer la diferencia de necesidades de cada sector en la comunidad LGBTTTIQ, “porque la vivencia de un gay y una trans es muy diferente, pensaba que nosotras íbamos a vivir discriminadas toda la vida, en la calle, el cuchicheo…”.

Sánchez Barrios rememora que su amigo Julio Román le mostró un video donde aparecía la política española defensora de los derechos humanos de la comunidad, Carla Antonelli, “ella es como tú, una mujer trans”, le dijo. No se había percatado al verla. Fue tal el impacto que a partir de ahí ya nadie la detuvo: se convenció de su rol como activista, rompió con el arraigo familiar priista, e ingresó al PRD, decisión que le costó yuxtaponerse ideológicamente con sus parientes.

“Era duro, había debate todos los días, hasta que tuvimos una discusión muy fuerte que decidimos no hablar nunca más del tema, nos llevaba a un choque de trenes permanente. En mi familia todos son priistas de hueso colorado, de corazón rojo, rojo”.

¿Qué sigue?

Diana Sánchez sabe que la igualdad legislativa no significa igualdad ante la vida, por ello la lucha es permanente. En el Congreso capitalino han encontrado aliados como el legislador de Morena Temístocles Villanueva, sin embargo en la Cámara de Diputados, la visión es limitada, “ya nos contestaron que la prioridad es lo que va a mandar Andrés Manuel López Obrador”.

La activista desea que la izquierda, ahora en manos de Morena, con la mayoría que presenta, dignifique a las poblaciones que por décadas han levantado la voz, “pero veo que no hay ese ánimo, frenan las cosas, se están poniendo de acuerdo que sí, y qué no, no lo debemos permitir la sociedad civil organizada”.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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