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CDMX

La estrellita de Granados

Quienes querían ver en la lona a Manuel Granados luego de las piedras que le han puesto, se quedaron con las ganas, pues solucionó la bronca de la Línea 7 del Metrobús y volvió a flote.

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Por La Mafia en el Poder

Luego de que salió airoso del peliagudo caso de la Línea 12, donde salvo a la CDMX de hacer un pago multimillonario a los constructores de la Línea 12 del Metro, lo que le valió el reconocimiento de propios y extraños, Manuel Granados fue blanco de fuego amigo.

A algunos funcionarios del gobierno capitalino no les gustó que el consejero jurídico del gobierno capitalino jalara los reflectores, sobre todo estando tan cerca la definición del sustituto de Miguel Ángel Mancera, y le soltaron los perros.

Primero fue el escamoso asunto de ex colaboradores que fueron detenidos con más de 10 millones en efectivo, y que quisieron achacárselos al abogado en tu casa, a pesar de que tenía años de no saber de ellos.

Como quiera el asunto le causó incomodidades, pero salió bien librado.

Cuando ese asunto se desvaneció, surgió la oposición “vecinal” a la terminación de la Línea 7 de Metrobús sobre Reforma, que detuvo las obras por más de una semana, y todo mundo pensaba que su cabeza rodaría, pues las presiones eran fuertes.

No sólo porque era una de la sobras que Mancera quiere inaugurar antes de irse, sino porque estaban de por medio cientos de millones de pesos de inversión, que podrían causar daño económico a la CDMX.

Sus detractores no contaban con la astucia de Granados, quien echó mano de sus contactos federales y en menos de una semana arregló el asunto, lo que lo volvió a poner en los cuernos de la luna.

Sus enemigos deben andar con las tripas bien revueltas, pues una vez más le hicieron lo que el viento a Juárez y se les vuelve a trepar a la punta de posibles sucesores.

¿En qué se metió Rubalcava?

Está más que claro que la intención del diputado priísta Adrián Rubalcaba al exigir que los trabajos del tren interurbano sean detenidos tenía un interés político-económico, pues so colega perredista Leonel Luna se quería agandallar los recursos para obras de mitigación.

Y es que los casi 500 millones de pesos que hay en un fondo para resarcir un poco las molestias que esa obra causo a más de 20 colonias en las delegaciones Cuajimalpa y Álvaro Obregón querían terminar en esta última, donde Luna es el cacique.

A fin de que el dinero también cayera en la zona de Cuajimalpa, donde Rubalcava es virrey, el legislador tricolor armó revuelo y denunció que la obra que unirá a la CDMX con el Estado de México iba a colapsar la movilidad y los servicios en 15 colonias capitalinas.

No es que Adrián haya hecho mal en defender el terruño, pero al parecer no midió que se echaría a dos enemigos poderosos en contra: los gobiernos federal y local.

Primero porque el interurbano es una propuesta de los federales que beneficiará más a los mexiquenses, y el presidente Enrique Peña Nieto tiene especial interés de que la obra se concluya en tiempo y forma.

Segundo porque el intento de frenarla se da en el momento en que a Mancera le han detenido diversas obras y está tratando de dejar limpia la casa antes de abandonar el barco de la CDMX para ir a buscar la candidatura presidencial.

Eso no dejó nada contentos a ninguno de los dos gobernantes, con los que Rubalcava tiene compromisos y se les volteó.

A ver si no hay consecuencias para el diputado que ya se ve como el primer alcalde de Cuajimalpa.

Otro raterazo de Morena

A estas alturas del partido son tantos los casos en que funcionarios emanados de Morena han sido descubiertos robando dinero público a manos llenas, que incluso ya no deberían ser noticia.

Pero como los moreno insisten en envolverse en la bandera de la honestidad, que por supuesto están muy lejos de practicar, cada caso vuelve a levantar los ánimos y a pegarle en el hígado al propio Andrés Manuel López Obrador.

Porque si él insiste en ser ave que puede cruzar el pantano sin ensuciarse el plumaje, cada vez queda más claro que se ha rodeado de una bola de ladrones que lo único que buscan es llegar al gobierno federal para saquearlo.

El caso más reciente en que el delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado, fue exhibido por premiar con 33 millones de pesos a una mujer que cooperó con 127 mil pesos para su campaña de delegado ratifica el modus operandi de los morenos.

Su misión es llegar a donde hay lana y recaudar lo que se pueda.

Y eso que aún falta un año para las elecciones; lo que falta por ver de los raterazos adoradores de El Peje, que al igual que él quieren vivir como reyes metiendo la mano a los dineros del pueblo.

*El Irreverente publica de lunes a viernes.

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