Connect with us

Influyentes

La guerra de la que no se habla

Conagua asegura que el mantenimiento del Cutzamala es necesario, pero desconoce la crisis social que esto provoca en los gobiernos locales.

Published

on

Alejandra Martínez

Desde hace ya varios años la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en coordinación con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, realiza al menos un gran corte de agua al año para dar mantenimiento al Sistema Cutzamala, que es la fuente principal de abastecimiento para la capital del país. Cada uno de estos cortes genera una crisis que debe paliarse con una estrategia especial con pipas, implementada por el gobierno capitalino anticipando cada vez más una guerra tanto humana como política por el líquido.

Este año no será la excepción. El corte se realizará pasando por el festejo de Día de Muertos, cuando miles de capitalinos visitan los panteones. Serán 13 las alcaldías que se quedarán total o parcialmente sin el líquido durante ese periodo.

El gobierno de José Ramón Amieva anunció que para afrontar la crisis se pondrá en marcha un programa emergente de abasto mediante pipas, en el que participarán todas las alcaldías y para el que se contará, incluso, con el apoyo de dependencias del gobierno federal, ya que de acuerdo con las estimaciones de las autoridades del ramo será hasta el 8 de noviembre cuando la ciudad cuente ya con el suministro normal.

Para difundir la información se echó a andar una intensa campaña que ha generado más bien pánico que consciencia, y evidentemente aún no se sabe si será suficiente para que la gente tome las debidas precauciones, incluso utilizando los sistemas de cosecha de agua que ya funcionan en algunas regiones.

Este escenario obliga a pensar y preguntarse cómo se resolverá el problema del agua en los próximos años, especialmente si la población sigue creciendo, si las fuentes se abasto no se aumentan y si no se replantea la distribución del líquido, como han sugerido algunos alcaldes y alcaldesas. Es decir, de nuevo un esquema de confrontación.

Si bien el corte total de esta semana afectará de manera directa sólo a cuatro alcaldías -Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Coyoacán y Álvaro Obregón- y parcialmente a nueve, el impacto, como siempre, será mucho mayor para aquellas en que de por sí, en condiciones normales, el agua es muy escasa o de plano no llega.

Caso especial es el de Iztapalapa, en donde por lo común cerca de un cuarto de la población se queda sin recibir el vital líquido a través de la red y sólo le llega por medio de pipas, lo cual se debe a que, dentro de las muchas condiciones desfavorables de dicha alcaldía, destaca el encontrarse al final de la línea de abasto de agua. Si se espera que, luego del corte, la situación en la ciudad se normalice hasta el 8 de noviembre, en dichas regiones de Iztapalapa tardará por lo menos una semana más.

¿Qué significa lo que viene? Que por unos días la ciudad sufrirá lo que en Iztapalapa pasa todos los días: Un severo problema por falta de agua, la angustia de ver cómo se vacían cisternas, el pleito que representa entre vecinos y familiares ganar una pipa, gastar en garrafones para que incluso algunos se bañen. Y ojalá con eso se lograra la suficiente consciencia.

El corte obedece a la necesidad de realizar los trabajos ordinarios de mantenimiento del Cutzamala. En eso no hay nada oculto, aunque algunos alcaldes piensen que tal decisión tiene un trasfondo político que busca afectar a partidos o, peor aún, a la imagen de ciertos personajes públicos. Más allá de sospechosismos, los alcaldes deben enfocarse en informar correctamente a la población y garantizarle el mayor abasto de agua posible.

Mucho se habla de que la próxima gran guerra en el mundo será por el acceso al agua, y también se dice que en el caso de cortes del suministro como el que vivirá próximamente la ciudad, los vecinos y organizaciones llegan al extremo de robar pipas de agua. Tales hechos, si bien pueden resultar reprobables desde la perspectiva del gobierno, desde la del ciudadano llegan a presentarse como la única alternativa, en medio de la desesperación de no contar con agua ni siquiera para lo más básico.

En ese contexto, las autoridades que tienen la responsabilidad de implementar el Programa de Abastecimiento deben tener bien claro que no sólo se trata de acarrear agua, sino de encontrar el mecanismo para realizar una entrega ágil, imparcial y que garantice en todo momento la seguridad de los piperos.

Por lo común estos operativos cuentan con el apoyo de Conagua, y aun así en los momentos críticos la problemática llega a desbordarse en zonas como Álvaro Obregón, Iztacalco y la propia Iztapalapa, debido a las dimensiones de la afectación generada.

Conagua asegura que el mantenimiento es necesario, pero desconoce la crisis social que esto provoca en los gobiernos locales. Lo evidente es que si los próximos gobiernos federal y locales no encuentran una alternativa para traer más agua a la ciudad, los pleitos, robos y disputas durante este tipo de cortes pueden generalizarse cada vez más.

Se habla mucho de la crisis “que vendrá” por el tema del agua, pero tal parece que hasta el momento nadie se ha tomado la cosa en serio. Encontrar ya nuevas fuentes alternas de abasto de agua para la ciudad es otro de los muchos retos que enfrentará el gobierno de Claudia Sheinbaum.

La crisis ya está aquí y parece que nadie se ha enterado, ni políticos, empresarios, ni comerciantes y mucho menos población en general.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

Continue Reading
Advertisement Article ad code

Los influyentes

Twitter

Facebook

Advertisement Post/page sidebar widget area

Recientes