Eduardo León
Una señal más de los mercados se hizo presente este viernes. La calificadora Standard & Poor’s Financial Services LLC (S&P) bajó la perspectiva de la calificación de México de estable a negativa.
El cambio en políticas públicas dirigido a reducir la participación de la iniciativa privada en el sector energético, aunado a otros eventos que han disminuido la confianza de los inversionistas, podría aumentar los pasivos contingentes del soberano y reducir el crecimiento económico, se puede leer en el informe que emitió la calificadora S&P Global Ratings este 1 de marzo.
“La perspectiva negativa refleja nuestra opinión de que los potencialmente mayores pasivos contingentes y una menor previsión de crecimiento económico podrían erosionar el perfil financiero del soberano, de tal forma que esto podría llevarnos a bajar la calificación”, aseguró el análisis de S&P.
Según la calificadora, tomó la decisión de bajar su perspectiva de largo plazo a negativa porque “la combinación de un débil perfil financiero y la necesidad de tomar un rol más activo en el sector energético por parte de Pemex podría aumentar el riesgo de mayores pasivos contingentes para el soberano”. Así llaman las calificadoras a frenar las intenciones del Estado, encabezado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a no tomar protagonismos de la empresa productiva del estado, intentan minar la propia naturaleza de la reforma energética que impulsó Enrique Peña Nieto y limitar la participación de Pemex a través de imponer una calificación a su criterio a la baja.
La calificadora confirmó que su calificación soberana en moneda extranjera de largo y corto plazo de ‘BBB+’ y ‘A-2’, y en moneda local de ‘A-‘ y ‘A-2’, respectivamente de México y “revisamos la perspectiva de las calificaciones de largo plazo a negativa de estable”.
“Esperamos que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador implemente políticas económicas pragmáticas que balanceen las prioridades sociales con la necesidad de mantener estabilidad macroeconómica”, refiere el informe de S&P Global Ratings.
Finalmente, S&P insistió en que su evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad para nuestro país quedaría en ‘A+’. “El gobierno continuará brindando respaldo financiero y de otro tipo a la petrolera mexicana Pemex. Así, continuamos considerando que existe una probabilidad ‘casi cierta’ de respaldo extraordinario del gobierno, por lo que igualamos la calificación de Pemex con la del soberano”.
Este 1 de marzo fue la tercera llamada de las calificadoras internacionales al gobierno de Morena, apenas terminaba el primer mes del año, con tan sólo 60 días en la silla presidencial después de 18 años de intentarlo, el presidente de México recibiría por medio de la calificadora Fitch su visión sobre los cambios en macroeconomía y materia energética, en aquella ocasión y en lo que sería el primer embate de las grandes calificadoras, las mismas que se equivocaron en sus previsiones durante la crisis mundial de 2008; Fitch bajó la calificación de Pemex y la llamó “insolvente” y degradó a la empresa productiva del estado de BBB+ a BBB
La segunda embestida fue de parte de la calificadora Moody´s, quien sostuvo que la Cuarta Transformación atravesaba por un trilema: rescatar a Pemex, mantener la responsabilidad fiscal o ejecutar su agenda de desarrollo con gastos sociales y de inversión. Para la agencia calificadora, la 4T no podrá atender todas.
Así, este viernes sonó la tercer llamada de las calificadoras internacionales al gobierno y actuación de Andrés Manuel López Obrador, habrá que estar atentos este lunes por la mañana durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional para ver qué les responde y, sobre todo, cómo reaccionarán los mercados ese día, ellos tendrán la última palabra.
