Si en el Frente Ciudadano saben contar y conocen algo de aritmética básica, estarán conscientes que para ganar la Presidencia de la República necesitan, al menos, dos millones de votos en la Ciudad de México, por lo cual es vital elegir bien al candidato en la capital.
Pero así como es de vida o muerte decidir quién los representará en la ciudad, también lo es quién será su candidato presidencial, porque en este tipo de elecciones concurrentes el abanderado presidencial baña —para bien o para mal— a todos los candidatos locales.
Por ejemplo, el hecho de que Andrés Manuel López Obrador sea el abanderado presidencial de Morena les da una ventaja a los aspirantes de ese partido en la Ciudad de México, porque el tabasqueño tiene una fuerte simpatía aquí y se las traslada en automático.
Es decir, en los hechos cada candidato a diputado, senador, alcalde, concejal o al propio Gobierno capitalino de oposición estará enfrentando a El Peje, no a la listas de aspirantes.
Si el Frente Ciudadano hiciera eco a las aspiraciones presidenciales de Miguel Ángel Mancera, ¿pasaría lo mismo?
Los propios perredistas se deberían preguntar si el jefe de Gobierno sería la mejor carta, ya no para la Presidencia de la República, sino qué tanto los podría afectar en la capital ante el difícil escenario electoral que se prevé para 2018.
Porque si bien es cierto que en el interior del país —donde no lo conocen— podría lograr buen apoyo, también lo es que en la Ciudad de México los números no lo favorecerían mucho, pues hay un gran descontento con su mandato.
Está claro que ni para los propios perredistas la capital de la República es la ciudad que quisieran para sus hijos. Si la voltean a ver, se darán cuenta de que está lejos de ser una ciudad modelo y que los ciudadanos están muy descontentos.
Todas las encuestas coinciden en reprobar a sus autoridades y por eso —a pesar de que los morenos también han demostrado ser pésimos administradores— ha crecido el apoyo hacia el partido de El Peje.
Si el Frente lanzara a Mancera para la Presidencia de la República, seguramente, pagaría el costo en la Ciudad de México y el PRD también perdería la mayoría de sus espacios de poder, pues los votantes se la cobrarían a ellos.
La administración capitalina está mal calificada y ni los chalecos o chamarras que desde el Zócalo quieren imponer como moda los salvan de la reprobación a su gobierno.
Mancera y el propio PRD deberían evaluar bien si mejor concluyen su gobierno hasta el final y se concentran en la reconstrucción de la Ciudad de México, en lugar de andar pensando en volar a una candidatura que están muy lejos de haberse ganado.
Lo que se juegan es mucho, pues una candidatura de su jefe de Gobierno no les garantizaría ni Los Pinos ni la propia Ciudad de México.
CENTAVITOS… Mientras que la mayoría de diputados capitalinos anduvo de puente, Eva Lescas promovió a su comunidad, a donde continuamente regresa para no olvidar sus orígenes de contar leyendas y actuar en las trajineras de Xochimilco. La legisladora ha mostrado siempre un gran amor por su tierra y en ella el Verde tendría una buena opción para pelear ahí la alcaldía, la diputación federal o, al menos, una consejería en la próxima alcaldía… Vaya berrinche hicieron algunos diputados por la filtración de las calificaciones de los aspirantes a presidir la CDHDF, aunque deberían estar contentos de que sea un proceso abierto y transparente, ¿no? ¿O a poco la lista les dificultará imponer quienes no califican para el cargo? Hoy deciden y todos los ojos estarán sobre ellos para cuidarles las manos.
