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Capital Político

Le falla el olfato a Batres

El dirigente podría ser el factor de decisión para un probable triunfo de Morena.

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Limitado políticamente —como ha sido siempre—, Martí Batres desperdicia la oportunidad de su vida al frente de Morena en la Ciudad de México, y todo por su visión política tan corta.

En la coyuntura electoral de 2018, el dirigente podría ser factor de decisión para un probable triunfo de Morena, ya sea con Claudia Sheinbaum o con Ricardo Monreal, pero su ego lo orilla a aferrarse a la candidatura, sin posibilidad alguna de obtenerla.

Lejos de entender que su papel puede ser primordial para tender puentes entre Sheinbaum y Monreal y amarrar, con ello, que una u otro lleguen a despachar al Zócalo capitalino, pareciera jugar de salero y puede acabar en estorbo.

El triunfo de Morena en la capital del país apuntalaría, sin duda alguna, las posibilidades de Andrés Manuel López Obrador para llegar a la Presidencia de la República en el 18, aun si Delfina Gómez pierde en el Estado de México.

Si la derrota de la autodenominada maestrita se concreta —cosa bastante probable— por lo cerrado de la contienda, es probable que todo derive en la teoría del “fraude electoral” y que esa llama alcance al tabasqueño para mantener viva la lucha durante un año entero.

Con lo que se obtenga de la canasta de votos del Estado de México, la Ciudad de México se convertirá en entidad clave por ser el segundo padrón más grande del país y, junto con Oaxaca y Veracruz, dejar la mesa puesta a Morena para llegar a Los Pinos.

Por eso la tarea de Batres para impulsar la unidad de los morenos en la capital sería vital. Lejos de ello, se ha dedicado a dinamitar a sus oponentes, haciendo el juego a La Mafia del Poder, que necesita una oposición dividida para que las cuentas no les cuadren.

Parece que, a estas alturas, el exalumno de René Bejarano aún no sabe jugar a las canicas. Todo el tiempo navegó como su protegido; el de las ligas operaba y Martí obedecía. No creció y ahora que tiene la oportunidad de hacerlo, demuestra que no pasará de porro. Si se dedicara a conducir la nave de Morena con algo de inteligencia y su partido ganara la capital del país, sin problema podría exigir un buen hueso, porque, la verdad, el gobierno capitalino le queda bastante grande.

Incluso, en una de esas, si El Peje gana, hasta lo invita al gobierno federal, pero, en su corta visión, lo único que está generando son problemas y eso puede limitar su futuro.

Parece que el olfato político, que a estas alturas ya lo tendría que haber desarrollado, se le atrofió antes de tiempo.

Por cierto, lamentable que al líder nacional de Morena lo hayan agarrado a huevazos en Veracruz, pero tarde o temprano ese lenguaje violento que utiliza tenía que despertar la violencia. Ojalá se serene un poco para que la gente también se calme.

CENTAVITOS… El tiempo legal se agota para que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal emita la nueva Ley Electoral de la Ciudad de México y es hora que nadie sabe, a ciencia cierta, qué pasará. Primero, porque antes la Suprema Corte tiene que responder a las impugnaciones sobre la Constitución Política de la capital y, después, porque los partidos, incluyendo al propio PRD, están muy divididos en el tema. El chiste es que, si para el 3 de junio no está publicada, los cambios electorales para la CDMX se vendrán abajo. La cuenta regresiva ya inició, así que a dejar de perder el tiempo resolviendo cuestiones vecinales y a dedicarse a legislar: tic, tac… tic, tac… tic, tac.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/05/26/1165797

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