Por La Mafia del Poder
Al director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), Ramón Aguirre, literalmente le ha llovido sobre mojado en las últimas semanas, y si pensó que tendría un respiro luego de reparar los cientos de fugas que hubo después del sismo del 19 de septiembre, se equivoca.
No podrá, como quiere, enfocarse en resolver el asunto del socavón de la calle de Humboldt que de tan mal humor lo ha puesto desde entonces.
Y no es para menos, porque si alguien debe sentirse sólo y olvidado debe ser él, pues quienes diseñan los presupuestos siguen ignorando su área, porque por ganas y capacidad no hay problema, pero sin dinero, pues no puede más que continuar parchando y reaccionado a los problemas en lugar de prevenirlos.
Si surge un socavón, una fuga, o no funciona el drenaje e inunda colonias en la Ciudad, él es quien debe dar la cara.
Pero ahora además se le viene encima el descontento de la gente que labora en Sacmex en el edificio de Nezahualcóyotl, en pleno Centro Histórico.
Los trabajadores, a partir de esta semana, se negarán a ingresar a ese edificio, lo cual, evidentemente, impactará, ahora en otro flanco el quehacer de Sacmex y del ingeniero Aguirre.
Consideran que el inmueble tiene un riesgo mayor al que Protección Civil les ha dicho, pues ya hubo una reparación menor antes, y a decir de los trabajadores, sólo resanaron las grietas y asunto arreglado.
El problema para Aguirre no será tanto obtener un dictamen de Protección Civil o de algún colegio de ingenieros civiles, sino convencer a los empleados de la seguridad del inmueble, y en lo que lo logra, que no se detenga el área administrativa del órgano, y lo peor para él, que impacte en el área operativa.
Hablando de ingenieros y cosas mal hechas…
Y ya que estamos con los ingenieros, una nota de la semana pasada que llamó la atención en la Secretaría de Obras y Servicios (SOBSE) fue que los vecinos de la zona del doble túnel de Mixcoac metieron las manos al fuego por el funcionario que fue cesado luego de la inundación en ese lugar a los tres días de su inauguración.
Cómo estarán las cosas de turbias que hasta ellos reconocen que ese subdirector fue solamente un chivo expiatorio, el sacrificio ofrendado para calmar las críticas que se veían venir.
El subdirector que cesaron, Ricardo Olvera, también estuvo encargado de varios proyectos en la SOBSE, le tocó coordinar la construcción de las laterales del Circuito Interior al cruce con Tlalpan, y los puentes que se construyeron en la delegación Iztacalco, también sobre Circuito.
Pero todo ello no le valió el perdón, era el eslabón más débil y hubo que romperlo; sin embargo, los colonos no señalaron a alguien sobre quién recayera la responsabilidad, pues saben que si no es el secretario, Edgar Tungüí, es poner en riesgo el empleo de algún otro servidor.
Lo cierto es que quien debió poner sobre la mesa su renuncia fue Tungüí, o de perdida el director general del área, por la que pasaron dos funcionarios, por cierto, pero si lo hizo o no, pocos lo saben, pero de que hubo chivo expiatorio, eso hasta los vecinos lo ven.
Lo peor es que les ha llegado evidencia de que quien quedó en lugar de Olvera está inhabilitado por su participación en la construcción de la Línea 12.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
