Por La Mafia en el Poder
El fin de semana Raúl Flores, líder local del PRD, fue acusado por los dirigentes de los 16 comités delegacionales de su partido de hacer perdedizos los recursos que por cuotas y prerrogativas oficiales recibe ese partido en la ciudad.
Las acusaciones señalan que Flores se ha hecho el loco ante las peticiones oficiales para que dé un informe puntual de los dineros.
Y como pasa el tiempo y nada más no da señales de vida en ese aspecto, decidieron hacerlo público y, lo peor, acusarlo con Alejandra Barrales, líder nacional del partido, para que lo llame a cuentas.
Pues qué bueno que los dirigentes perredistas delegacionales exijan cuentas, faltaba más, pero sólo a ellos se les ocurre acusar al buen Raúl con Barrales para que lo llame a cuentas.
Es como si a Roberto Borge lo acusaran con Javier Duarte de que se está robando los fondos del erario y quieren que él lo castigue.
¿Barrales?, con qué cara
Porque acusar a Raulito con su jefa es tiempo perdido.
Con qué cara Barrales le puede pedir cuentas a Raúl si la presidenta nacional del PRD está metida hasta las orejas en sospechas de malos manejos financieros, pues sin tener otro trabajo que no sea el de la política pasó de sobrecargo a ser una mujer acaudalada.
Y es que Alejandra no sólo es propietaria de residencias y departamentos de lujo en Acapulco, CDMX y Miami, por ejemplo, sino inversionistas en la Bolsa Mexicana de Valores y hasta empresaria de Transporte.
Nadie sabe oficialmente –aunque sí extraoficialmente- cómo hizo su fortuna la dirigente perredista, que de la nada, sin estudios ni negocios propios, en tan sólo unos cuantos años pasó de ser una modesta empleada a multimillonaria.
Ya no digamos su depa de Miami, cuyos muebles le costaron el equivalente a lo que un departamento de clase media cuesta en una buena zona de la CDMX, sino la cantidad de dinero en unos cuantos años hizo invirtiendo en acciones y manejando transportes, dice.
Aunque declaró voluntariamente ser propietaria del 99 por ciento de las acciones de la empresa Albama, de la que dijo se dedica al transporte –no aclaró de qué tipo-, todo mundo sabe cuál es la fachada de esa empresa.
Fue la forma en que el perredista Silvano Aureoles pudo llevar dinero a su campaña por el gobierno de Michoacán.
Así que si una persona tan cuestionada como Barrales será la encargada de juzgar las malas acciones de Flores, pues quizá bastaría con que le compartiera una parte de las ganancias para que todo quede arreglado.
Alarga Mancera su estadía
Debido a que sus principales acciones de gobierno han enfrentado infinidad de obstáculos, que en el mejor de los casos le impedirá ponerlas en marcha y tomarse la foto inaugural, Miguel Ángel Mancera retrasará unas semanas su partida del Gobierno local.
El jefe de Gobierno había anunciado que a más tardar la primera semana de octubre dejaría su cargo para ir en busca de la candidatura ciudadana, apoyada por las izquierdas, que le permita llegar a la Presidencia de la República en 2018.
Pero dos cosas lo están haciendo pensar en retrasar su salida.
La primera es que la Línea 7 del Metrobús ha tenido tantos tropiezos que no estará lista los primeros días de octubre, como pensaba el jefe de Gobierno, y como la quiere entregar él, pues tendrá que esperarse otro ratito.
Pero quizá más importante sea el foro que le da la Conago, de la cual es presidente, que le permite hablar a nombre de todos los gobernadores del país. No lo pelan mucho, pero le da foro.
Diga lo que diga como presidente del organismo tiene rebote en todo el país, y eso lo posiciona con miras a la lucha presidencial del año entrante.
El cargo dura seis meses y si se va en octubre estaría desaprovechando dos, por lo que está pensando nadar de muertito al menos un mes más para seguir con los reflectores.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
