Bastante primitivos, por decirlo de manera suave, se vieron los diputados locales de Morena al violar cuanta ley encontraron en su camino para intentar reventar la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa, desarrollada ayer en Donceles.
Luego de la comparecencia de Patricia Mercado, secretaria de Gobierno de la CDMX, y de la aprobación de Nashieli Ramírez Hernández como nueva ombudsperson de la capital, los morenos enloquecieron en el pleno.
La primera en perder la compostura fue la diputada Flor Ivone Morales Miranda, quien hizo gala de su ignorancia en la Mesa Directiva de la ALDF, desde donde se puso a pelear con los diputados de los demás partidos, perdiendo toda institucionalidad.
Todo empezó porque el diputado José Alfonso Suárez del Real pidió una moción suspensiva al dictamen para aprobar una planta termovaporizadora para la capital.
Desde la bancada del PRD —apoyada por el verde Fernando Zárate— le recordaron que para pedir una moción suspensiva la ley marca que debe ser por escrito; le pidieron que presentara el acuse de recibo de Servicios Parlamentarios.
Suárez del Real aceptó que no tenía ninguna firma de recibido del documento, pero insistió en que sí lo había presentado, pero el tema no procedió.
Ahí fue cuando comenzó el show de Flor Ivone, una exJUD de Parques y Jardines de Xochimilco convertida a diputada, quien, como presidenta de la mesa, dijo en tribuna que prueba de que su compañero cumplió era el “guión” —orden del día— que le habían pasado. Y no es que la gente “del pueblo” no merezca crecer, pero al menos si Morena decidió por tómbola que una empleada de bajo perfil en Xochimilco fuera diputada local, debió preocuparse en prepararla para ocupar un escaño en la Asamblea Legislativa.
La diputada se hizo bolas, desconoció a todo el mundo y al final se puso a pelear con todos, lo que motivó que los morenos tomaran la tribuna para portar pancartas y que un grupo de perredistas también subiera para intentar bajarlos.
Rasguños, aventones y mentadas se suscitaron en tribuna e incluso María Eugenia Lozano, esposa del millonario Octavio Romero, exoficial mayor de Andrés Manuel López Obrador en el GDF, dañó el micrófono del estrado para que nadie lo usara.
Luego de que Manuel Granados, consejero jurídico de la CDMX que comparecería en Donceles, bajó hasta el lugar de Leonel Luna, los perredistas decidieron continuar la sesión desde las curules y promover desde ahí la destitución de Flor Ivone de la Mesa.
La diputada morena perdió el cargo luego de una semana, y la presidencia del mes de noviembre recayó en el verde Zárate. Cierto que Flor Ivone es absolutamente primitiva, como casi todos los morenos, pero el PRD también tienen la culpa por dejar que los pejistas —que no quieren trabajar— presidieran un mes la mesa, como si eso los hiciera demócratas. Al final, la división morena, pues los diputados afines a Ricardo Monreal le dieron la espalda a Arnulfo Cravioto, el manejo de Leonel Luna y el activismo del coyoacanense Mauricio Toledo sacaron el dictamen de Miguel Ángel Mancera y regresaron a Morena a la segunda división.
CENTAVITOS… Antes de que Donceles se convirtiera en un ring, el Pleno aprobó por unanimidad a Nashieli Ramírez al frente de la CDHDF por los próximos cuatro años, en sustitución de la doctora Perla Gómez. Curioso que, en su entrada al recinto, Nashieli no sabía si primero saludar a los diputados o rendir protesta, lo cual fue tomado con humor por los legisladores, pues la nueva ombudspersondemostró que viene de la sociedad civil, no de la política.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/11/08/1199842
