Héctor Saúl Téllez Hernández
Uno de los símbolos de esta ciudad es el Metro, ya que es uno de los medios de transporte que más utilizamos, pero actualmente, se encuentra en un estado de desatención al borde de la crisis.
La situación ya sale de control, ya sea por retrasos, precariedad en sus trenes y ahora se suma ahora la falta de capacidad del personal que lo administra e inclusive, de inseguridad.
En lo que va del año, se han presentado situaciones que demuestran los puntos arriba mencionados, como el lamentable deceso de una mujer por infarto cerebral dentro del Metro Tacubaya, aquel día, los policías en un actuar negligente, subieron a la persona convaleciente a una camilla, la trasladaron a las oficinas del director de Estación, la tuvieron ahí sin recibir atención médica por tres horas, para que al final la abandonaran a su suerte. La mujer tardo 26 horas en recibir atención médica y murió 72 horas más tarde.
La negligencia prevaleció.
Esto ocasionó una ola de criticas hacía la Jefa de Gobierno, quien simplemente y de nueva cuenta, repartió culpas, declarando que la administración anterior no dejo un protocolo para estas situaciones, como si el sentido común, las mínimos rasgos de responsabilidad y hasta de humanidad, necesitarán un protocolo de actuación, en fin.
No obstante, el anterior director del Metro, Jorge Gaviño, reviró lo dicho por Sheinbaum, al afirmar que sí hay protocolos para este tipo de situaciones; el Metro tiene un seguro de responsabilidad civil: que toda la persona que tenga un accidente ahí, que se caiga, que se desmaye, o muera, puede ser cubierta por ese seguro.
El ahora diputado local dijo que, en este caso en el que el incidente se da por una enfermedad, el usuario debe ser canalizado de inmediato a un centro de salud del Gobierno, no sucedió así. Por este caso aún no hay responsables y la Directora General del Metro sigue en su silla.
La mayor de las críticas por parte de usuarios en redes sociales son el constante retraso en los trayectos de los trenes, lo que ocasiona saturación en los andenes, y el 9 de febrero de este año, precisamente en la estación Tacubaya al haber un sobrecupo por parte de las personas que esperaban el convoy, ocasionó que se produjera un embudo y las personas en las escaleras eléctricas no pudieran ni subir ni bajar, el mecanismo presentó una falla por el exceso de peso, resultado de al menos 10 personas lesionadas.
El anterior ejemplo es el indicador preciso de que uno de los grandes problemas del Metro podría ser la falta de trenes para atender la demanda de servicio, lo anterior resulta grave, y todo indica que de acuerdo con información de ADN.Politico.com, el Metro de la Ciudad de México tiene a la fecha un total de 553 vagones y 105 trenes, sin servir. Grave.
La falta de mantenimiento resulta por demás, de llamar la atención, de igual forma la inversión en refacciones, ante este escenario pareciera que la falta de recursos podría ser uno de los principales motivos por los que de tres mil 333 vagones con los que cuenta este sistema de transporte, tan sólo operan dos mil 780.
A todo esto, la directora del Metro Florencia Serranía Soto, considera que el principal problema de este medio de transporte, no son los recursos económicos, sino la falta de mantenimiento general en todos sus procedimientos.
El Metro de la ciudad, está enfermo, a diario presenta fallas operativas en cada una de las Líneas, además de flagelos como la basura, corrupción, ambulantaje, prostitución, casos de acoso, secuestro, asaltos y un sinfín de situaciones que simplemente fueron permitidas y que están fuera de control.
A todo esto, se suman recortes año con año, de hasta mil 500 millones de pesos en 2019. Para este año, el Presupuesto de Egresos de la Ciudad de México contempla 15,652 millones de pesos para el Metro, cantidad que representa 75.34 por ciento de lo que el SCT requiere para el mantenimiento y modernización básico, de acuerdo con el Plan Maestro del Metro 2018-2030. Es decir, insuficiente.
Cabe señalar que el Plan Maestro establece que para este año se requieren 10 mil 167 millones de pesos para avanzar en la modernización de sistemas, ahorro de energía y ampliación de infraestructura; 10,371 millones 250 mil pesos para iniciar el mantenimiento de instalaciones mecánicas, eléctricas, electrónicas y vías. Simplemente con lo aprobado no alcanza.
Ahora bien, otra realidad es que año con año el número de usuarios crece, pero el metro no. Sus 226 kilómetros de longitud, distribuidos en 12 líneas, y sus 390 trenes están calculados para atender a 4.5 millones de personas al día, es decir, el Metro presenta un déficit en su capacidad de un millón de usuarios, según datos del propio organismo. Por ello, el Metro es el segundo con mayor densidad en el mundo, sólo detrás del de Nueva Delhi, en la India, pero sin infraestructura suficiente para atender la demanda. En horas de máxima demanda, la densidad en el Metro llega a alcanzar hasta seis personas por metro cuadrado, algo inaudito.
Para poner los puntos sobre las íes, el panorama no es alentador para los próximos años, hasta ahora al GCDMX parece no interesarle la inversión en el Metrol, ni crear más líneas, pues sólo se vuelve a contemplar, algo que lleva 4 años planeándose, una ampliación de cuatro kilómetros a la Línea 12, de Mixcoac a Observatorio.
Todos los demás proyectos de movilidad a través del Metro, están detenidos. Desde el año de 2000 a la fecha, los Gobiernos de la Ciudad de México, han apostado a otras formas de movilidad en la Ciudad, el Metro ha sido relegado, solo una Línea, la 12, se construyó entre escándalos de su funcionamiento, de ahí en fuera han sido 18 años de agonía para el Metro y sus usuarios. Sin más Metro resulta difícil una visión de modernidad y solución, a la movilidad de nuestra Capital.
