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CDMX

Los ridículos constitucionalistas

Los ex constituyentes del DF chochean al pedir “al pueblo” que defienda la Constitución Política de la CDMX.

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Por La Mafia en el Poder

Sedientos de reflectores que los mantengan vigentes, integrantes de la desaparecida Asamblea Constituyente de la Ciudad de México que se encargaron de aprobar el bodrio de Constitución Política que hoy tiene atareada a la Suprema Corte, exigen que los reactiven.

Veteranos de la talla de Porfirio Muñoz Ledo, que lo único que busca es una chambita para mantener el tren de vida social que desde hace muchos años lleva, quieren ser los defensores oficiales del texto constitucional promulgado el pasado 5 de febrero.

Pero da la casualidad que en la reforma al Artículo 122 Constitucional, que dio origen a la Reforma Política del DF, no se previó la creación de ningún órgano de controversia que pudiera defender la Constitución Política de la CDMX ante impugnaciones jurídicas.

Es decir, que una vez que la Asamblea Constituyente entregó el texto, en automático desapareció y ahora la Corte ordenó que sea la Asamblea Legislativa del DF el órgano encargado de responder a las demandas de inconstitucionalidad de varias dependencias.

Como la ley no los faculta jurídicamente a volverse a reunir o a responder impugnaciones, viejitos como Muñoz Ledo y Alejandro Encinas están llamando a la población de la capital a defender su Constitución.

O están locos o ya chochean, porque a los capitalinos lo que menos les interesa es la Constitución de Mancera.

Nadie los invitó a participar ni les tomó parecer si querían tener una o no, y lo peor es que nadie jamás se preocupó por explicar de qué se trataba el asunto, así que no vengan ahora a pedir al pueblo que los defienda.

Es un tema que a la población no le interesa, por la sencilla razón de que no les beneficia en absoluto; es una bandera política en la que el jefe de Gobierno se quiere envolver y por ello la defienden tanto.

Encinas, el traicionero

Y hablando de Alejandro Encinas, antes de pedir apoyo al proyecto que le encomendaron encabezar, debería revisar sus conceptos de honor y lealtad, porque a simple vista se nota que son muy elásticos.

El veterano político no hubiera podido llegar a la presidencia de la Mesa Directiva que llevó los trabajos del Constituyente, de no haber sido por el apoyo que para el cargo le dio el jefe de Gobierno.

Pero Mancera no sólo le dio eso; antes le había otorgado un buen número de plazas en la estructura del Gobierno de la CDMX, para que el senador metiera a sus ayudantes y pudieran cobrar sin trabajar.

Además, por enésima ocasión Encinas había accedido a un cargo de representación popular -el Senado de la República- gracias a la generosidad del PRD, partido al que le debe todos los cargos públicos que ha tenido y que por cierto no ha ganado; todos se los regalaron.

A pesar de ello, el senador hizo el vacío al sol azteca en la Cámara Alta al salirse de la fracción en apoyo a Luis Miguel Barbosa y otros 10 senadores que la juegan con Andrés Manuel López Obrador y a Morena para la Presidencia de la República en 2018.

O sea, de un solo golpe traicionó al PRD, al que hoy busca destruir, y a Mancera, quien lo respaldó y hoy se va con su principal adversario en sus aspiraciones presidenciales: López Obrador.

Seguro agarrará hueso

A pesar de sus traiciones, es muy probable que una vez más Encinas caiga de pie y obtenga otro hueso el año entrante. Si López Obrador llega a Los Pinos, seguro que le tirará una migaja para que se mantenga.

Hay que recordar que cuando El Peje cerró tres meses la avenida Reforma inconforme con los resultados electorales de 2006, le jefe de Gobierno sustituto fue el hoy senador, quien desde El Zócalo financió con recursos públicos el movimiento pejista.

Pero si por alguna razón el tabasqueño no llega tampoco esta vez a la Presidencia de la República y Morena sí obtiene el gobierno de la CDMX, ningún trabajo le costará a Encinas entrar a la nueva administración, incluso como segundo de abordo.

Y si eso tampoco ocurriera, sería muy probable verlo en alguna de las cámaras, ya sea la de San Lázaro o la de Donceles, que albergará al primer Congreso de la Ciudad de México.

En fin, este cuate que no trabaja ningún territorio, que jamás se compromete con nadie y que siempre va con el oleaje, es de los viejos políticos de izquierda al que podrían inventariar como parte de la nómina oficial del gobierno.

Es quizá el único con chamba segura para 2018.

 

*El Irreverente publica todos los días, de lunes a viernes.

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