Al interior de Morena ya no saben si soplarle o echarle agua al incendio que está causando Ricardo Monreal en el partido, luego de la rebelión contra el oscuro proceso que dio a Claudia Sheinbaum la candidatura al Gobierno de la CDMX en 2018.
El delegado en Cuauhtémoc se ha dedicado a estirar la liga y hoy puede reventarla en un mitin que encabezará con sus simpatizantes en la plancha de la delegación, posterior a una reunión privada con sus consejeros.
A los morenos les urge que el zacatecano anuncie el camino que tomará, pues mientras más prolongue su indecisión, el daño a los morenos será mayor y la principal afectada será Sheinbaum, quien cada día luce más debilitada por la percepción de ilegitimidad del cargo.
Es curioso que los ataques a Morena no vengan del PRD o de algún otro lado, sino del interior del propio partido, lo cual es doblemente grave.
Además, Monreal está usando el método que tan buenos resultados le ha dado a Andrés Manuel López Obrador para sembrar dudas: ir a la plaza pública a “preguntarle al pueblo” qué es lo que se debe hacer.
El tema es delicado para los pejistas, pues muchos recuerdan que la imposición antidemocrática de un candidato provocó la gran escisión del PRI en 1987, que dio origen al Frente Democrático Nacional y luego al PRD.
La rebelión contra las decisiones cupulares —como las que hoy toma Morena—, obligó la salida de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y del propio López Obrador, entre muchos otros.
Claro que no se puede comparar al viejo PRI con los imberbes morenos, pero aún falta definir “por encuestas” las candidaturas para diputados, senadores y alcaldes, y como todo el mundo ya se dio cuenta de la farsa, igual y saltan del barco.
Con el zacatecano se podría no sólo impedir el desfonde del PRD, pues si crece la rebelión y demuestra que la elección morena fue una simulación, simpatizantes pejistas se podrían ir con él a otras trincheras y fracturar al partido.
Como en Morena descartan dar marcha atrás al ungimiento de Sheinbaum, es fácil prever que nada calmará a Monreal, pues no es como Martí Batres que de inmediato aceptó la oferta de una senaduría plurinominal.
Pero otra preocupación especial que hace doblemente peligroso al delegado: fue coordinador de la última campaña presidencial de El Peje y si alguien sabe de secretos de la familia, es precisamente el zacatecano.
Esta tarde podría dar luz de si se va pronto o sigue administrando el problema.
CENTAVITOS… Y, por cierto, una semana después de su aplicación, el partido hace pública su encuesta para tratar de calmar las aguas. Pero el tiro le salió por la culata, pues quienes conocen de ese tipo de ejercicios concluyen que —si es que en realidad se hizo— estuvo tan sesgada que se aplicó en su mayoría a ancianos de zonas pobres y, para completar, a 11% más mujeres que hombres. Recuerden que Claudia es mujer y estuvo con López Obrador cuando dio la llamada peje-tarjeta a los viejitos pobres… Pero los datos indican que a Sheinbaum sólo la conoce 24% de los encuestados, y que, de ellos, 15% la ubica ¡como perredista! Que sólo 20% la considera cercana a la gente, que 23% dijo que no votaría por ella y 37% ni siquiera contestó. Si se suman estos números, 60% de la población no la apoya, según los propios números de Morena. Vaya entuerto.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/08/30/1184946
