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CDMX

Monreal lo ayuda, pero poquito

Alejandro Bernal dijo que no tendría apoyo legal de su jefe, pero bien que le prestaron el Salón de Cabildos de la delegación para dar su versión de los hechos.

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Por La Mafia en el Poder

El domingo, Alejandro Bernal Cruz, uno de los asistentes del jefe delegacional en Cuauhtémoc, fue capturado por policías estatales en Ecatepec mientras se realizaba la jornada electoral para renovar gobernador en el Estado de México.

Igual que a Pedro Pablo de Antuñano, ex director Jurídico y de Gobierno de Ricardo Monreal, lo agarraron con fajos de dinero y además con un arma de fuego.

El lunes Bernal Cruz relató ante la prensa santo y seña de cómo fue detenido, desde dónde lo comenzaron a seguir, cuando lo detuvieron y su llegada al MP.

Dentro de todas las raras explicaciones que dio quedaron dos que ni su abuelita se las creyó.

Dijo que traía encima nada más 10 mil 583 pesos contando morralla, y que el resto de los fajos de dinero se los habían sembrado.

Al explicar esa cantidad, dijo que era su quincena, por  supuesto que todos se sorprendieron del sueldo de un chofer, pero aclaró que era jefe de logística y así estaba contratado en la delegación, aunque en realidad es uno de tantos asistentes.

Pero lo que todos envidiaron en ese momento, era cómo le hace para que su pago, que  según dijo era de la segunda quincena de mayo, lo tenía completito y en efectivo cuatro días después de cobrado.

Porque ni modo que dijera que fue al banco en domingo y por eso traía toda su quincena, íntegra.

Al final, todos querían saber  la fórmula para estirar así el dinero.

Luego dijo que no tendría apoyo legal de su jefe, pero bien que le prestaron nada más ni nada menos que el Salón de Cabildos de la delegación para dar su versión de los hechos.

Tampoco denunciará por abuso de poder a los oficiales que lo detuvieron, porque la verdad, dijo, sí tiene miedo, y no hará nada hasta tener los videos de su detención para respaldar su dicho.

Ora sí que Monreal lo ayuda, pero nomás poquito.

PRD, borrado del mapa

Borrado del mapa electoral en los hechos y pese a festinar la votación de Juan Zepeda en el Estado de México, el PRD olvida que fue incluso menor a la conseguida seis años antes por Alejandro Encinas.

¿De dónde la festividad entonces?

De un partido venido a menos electoralmente que sólo una alianza con el PAN en diversas entidades les hace sobrevivir.

La debilidad del PRD, reflejada en una dirección cuestionada e incluso impugnada ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, deviene de una profunda crisis y falta de liderazgo.

Medianías políticas y el surrealismo como un personaje sin militancia alguna en sus filas –Miguel Ángel Mancera– se asume como el conductor e ideólogo de lo que fue el principal partido de izquierda en México en el último medio siglo.

De dineros en el Senado de la República y desprendimiento de legisladores para emigrar al Partido del Trabajo, y de aparición súbita de propiedades de su dirigente nacional Alejandra Barrales, el PRD parece sumirse en una crisis mayor cuando un personaje marginal como Juan Zepeda es colocado como su posible sustituto.

No sólo ve ya como algo muy lejano ser candidata a Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sino el ser relegada ya no como la mejor dirigente nacional que PRD habría tenido (Héctor Serrano dix it), sino que se aleja de las simpatías del poderoso secretario de Movilidad, operador político de Mancera.

Si revisamos la votación de este 4 de junio y más allá de quién ganó las gubernaturas, es evidente que la izquierda que realmente domina el panorama nacional es el Movimiento de Regeneración Nacional, que lidera Andrés Manuel López Obrador.

Y que esa votación se va a potenciar hacia el 2018.

Y si revisamos la votación obtenida por el PRD, salvo sus alianzas con el PAN, es un partido que tiende a la desaparición.

¿Quién gana con lo sucedido este 4 de junio en la izquierda mexicana? El PRD no, eso es cierto.

Gana la más poderosa de sus tribus: Alianza Democrática Nacional (ADN), de Héctor Bautista, jefe político de Zepeda.

Ni Nueva Izquierda, ni Vanguardia Progresista, ni Izquierda Democrática Nacional y demás tribus tienen la fuerza que mostró Bautista. Tanto que ahora amenaza con quedarse con la dirigencia nacional del PRD.

Si pueden avisen a Mancera que su auto descarriló. Y que aunque no se raje, como dice en tono machista, difícilmente haría cosquillas a López Obrador.

Su llamado a que no haya protagonismos para la unidad de la izquierda en el 2018, tiene nombre y apellido.

Y es que con su casilla por casilla, nos guste o no, el político tabasqueño seguirá dominando la escena, porque no fue barrido electoralmente, sino que por el contrario y sin los recursos federales y estatales que se utilizaron en el Estado de México, mostró la fuerza de su músculo político.

*El Irreverente publica de lunes a viernes.

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