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LA MANO QUE MECE LA CUNA / Morena hace trizas a los vecinos

Se supone que el lunes pasado el Instituto Electoral de la Ciudad de México debió emitir la convocatoria para la renovación de los órganos de representación vecinal y que la convocatoria se haría con base a la nueva Ley de Participación Ciudadana…

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Adrián Rueda

La orden de Claudia Sheinbaum a los diputados de Morena fue tajante: frenar a toda costa las elecciones de comités ciudadanos antes de diciembre, para evitar que líderes vecinales a los que ella llama “corruptos” le hicieran ruido en las comicios de 2021.

Se supone que el lunes pasado el Instituto Electoral de la Ciudad de México debió emitir la convocatoria para la renovación de los órganos de representación vecinal y que la convocatoria se haría con base a la nueva Ley de Participación Ciudadana.

Pero da la casualidad que –fieles a su costumbre- los diputados morenos del Congreso de la Ciudad de México no han elaborado siquiera un borrador de la citada ley, lo cual los metía en un aprieto.

¿Qué hicieron entonces para evadir su responsabilidad?

Aprobaron un artículo transitorio para ampliar el tiempo de elaboración del ordenamiento, el cual prometen tener listo a más tardar en diciembre, y con las nuevas reglas realizar la renovación de los órganos de representación vecinal.

Los ignorantes diputados de Morena se tuvieron que tragar la exhibida que la oposición les puso en el debate, y ampararse en la mayoría que conforman con sus sirvientes del PT, PES y Verde Ecologista para aprobar el dictamen.

Los pejistas festejaron la aprobación como si hubiera sido el gran triunfo, cuando lo único que hicieron fue usar a sus achichincles para completar los votos, pues en lo que respecta a la argumentación jurídica perdieron por paliza.

Qué cómodo es cuando no existe preocupación por dar argumentos o convencer en el debate, sino esperar el conteo final para echar montón y poder cumplir la indicación que desde otro poder se les dio.

Como quiera el artículo transitorio se aprobó y esta semana se publicó ya en la Gaceta Oficial del Gobierno de la CDMX, donde queda asentado que los diputados deberán tener lista a más tardar en diciembre la nueva ley, y después de ello habrá elecciones vecinales.

¿Y si ya está en la Gaceta que los diputados deben dictaminar la nueva Ley de Participación Ciudadana a principios de diciembre, dónde está el truco?

Pues la cosa es que, aunque señala que los diputados estarán obligados a terminar la tarea a tiempo, no estipula ningún castigo en caso de que no lo hagan, y menos algún candado para garantizar que mientras no haya ley, los dirigentes vecinales sigan en sus cargos.

Nada impedirá que, llegado el momento, si no hay ley Morena utilice una vez más su mayoría para aprobar otro artículo transitorio que les dé una nueva prórroga, pero que los actuales dirigentes vecinales ya no sigan en sus encargos.

La finalidad de Claudia es que los actuales Comités Ciudadanos, dominados por personas que trataron con los gobiernos anteriores, no tengan la menor oportunidad de participar, a fin de dejar las manos libres a los actuales alcaldes morenos.

Y es que desde las organizaciones vecinales se puede hacer activismo comunitario en favor o en contra de las autoridades, y eso pude influir en los comicios de 2021 cuando se tendrán que renovar las alcaldías y diputaciones locales y federales.

Como en el Gobierno de la CDMX hay un temor fundado en que dentro de dos años no lleguen en las mejores condiciones para las elecciones, debido al desgaste del ejercicio gubernamental, pero sobre todo por los malos funcionarios que tienen, ponen un dique.

Y es si los morenos se llenan la boca diciendo que tienen el apoyo de más de 30 millones de mexicanos en las urnas, ¿cuál sería entonces el miedo a la renovación de los mil 815 comités vecinales en la Ciudad de México?

Muy simple, que por mucho que se quieran presumir que 33 millones de personas votaron por ellos en julio pasado, la realidad es que saben perfectamente que por quien votaron en masa los mexicanos fue por Andrés Manuel López Obrador, no por ellos.

¿Qué significa esto?, pues que aunque hayan ganado la mayoría de las alcaldías y distritos en la capital de la República, los alcaldes morenos no tienen el control vecinal, por la sencilla razón de que no son bien vistos o porque aún no controlan el territorio.

El verdadero temor de los morenos es que, si se realizan en estos momentos los comicios vecinales, muy probablemente los dirigentes ganadores le reporten a la oposición, pues los anteriores delegados mantienen esas estructuras.

De eso está consciente Sheinbaum, por eso no tuvo empacho en calificar de corruptos a los dirigentes vecinales, a los que acusó de haberse vendido a las anteriores autoridades y ser parte del corporativismo político.

Y no es que la jefa de Gobierno se equivoque al señalar que los dirigentes vecinales fueron absorbidos por los delegados a través de negocios, nóminas y cochupos, por lo que terminaron siendo parte del proyecto político del gobierno en turno.

Pero lo que no dice es que la mayoría de los jefes delegacionales que corrompieron a los organismos vecinales están ahora en Morena, pues lo hicieron cuando estaban en el PRD.

De hecho el corporativismo perredista cobró auge con López Obrador cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal, y sirvió para que ese partido se enquistara en el poder durante 20 años.

Al impedir las elecciones vecinales, lo que buscan Claudia y sus diputados morenos no es que los nuevos comités vecinales sean libres y autónomos, sino que cambien de camiseta y ahora sirvan al corporativismo pejista.

Y es que si no hubieran impedido que los dirigentes vecinales sigan operando para sus antiguos patrones, en 2021 estarían en riesgo de perder los territorios que apenas en julio pasado obtuvieron, no por ser buenos perfiles, sino por la figura de El Peje.

Está claro que lo que Morena quiere es que no haya elecciones ni representación vecinal para esas elecciones, y que esos órganos se vuelvan a constituir hasta después de los comicios intermedios, cuando se supone tendrán el control pleno.

El que se hayan negado a la petición de que en el artículo transitorio que difiere las elecciones vecinales quedara escrito que, en tanto no haya una nueva Ley de Participación Ciudadana, siguieran en el cargo los actuales dirigentes, revela sus intenciones.

Porque lo único que señala el transitorio es que los comités seccionales podrán seguir operando hasta el 31 de diciembre próximo, en tanto se expide una nueva ley, pero no dice nada en caso de que los diputados no la elaboren en esas fechas.

Qué triste que los morenos, que prometieron un cambio, actúen pensando para todo en el cálculo político y sean iguales -o tal vez peores- que quienes los antecedieron en los cargos públicos.

Además de atarles las manos a su participación vecinal en las decisiones de gobierno, con esta jugada Morena y su Gobierno se deshacen de la obligación de tener que consultar en qué se invierte el tres por ciento de presupuesto anual de cada alcaldía.

En la actualidad los vecinos deciden qué es lo que más requieren sus comunidades, ya sea luz, agua, drenaje, banquetas, parques y demás servicios, y en qué parte son urgentes, a fin de que se les dedique presupuesto.

A partir del próximo año los alcaldes podrá hacer y deshacer a su antojo.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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