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Morena va solo, sin contrapesos

El PAN, que parecía entrar en una redefinición a través de una renovación de dirigencia nacional y algunas estatales, terminó por ser el parteaguas de la división, la ventaja que el anayista

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Martín Takagui

El gobierno de federal que está por iniciar su gestión avanzará por el rumbo que el capitán lo decida, todos los marineros estarán a su disposición, sin que alguien pueda alzar la mano para opinar.

Morena, con el poder que obtuvo después del 1 de julio, se consolidará como el partido hegemónico, como la otrora “mafia del poder”, contra la que nadie podrá ni opinar y empujar.

La contundencia del triunfo electoral de Morena dejó en la lona a los demás partidos, los cuales sufren de problemas económicos, traiciones, desbandadas, divisiones que ponen en riesgo la viabilidad de organizaciones competitivas, pues no tienen dirigentes sólidos, sus grupos parlamentarios en el Congreso de la Unión podrían ser en momentos el fiel de la balanza, pero sin peso político alguno.

En estos meses, el gobierno electo y sus grupos parlamentarios han mostrado su músculo político y han ido más allá, poniendo en riesgo la confianza crediticia de México, así como la estabilidad financiera y las inversiones extranjeras en la Bolsa Mexicana de Valores.

Los partidos políticos de oposición, en cambio, estarán más ocupados en resolver sus problemas internos y financieros y no en responder a lo que hagan los morenos, las horas del sexenio que concluye están contadas y no se ve a nadie del otro lado de la balanza.

Cinco meses no han sido suficientes para despertar de la cruda electoral y quienes pretendieron levantarse de inmediato, están por caer; el PRD fue abandonado por su capitán, Manuel Granados Covarrubias, quien desertó por un camino de pretextos y asumió Ángel Ávila Romero, secretario general ahora en funciones de presidente.

Los problemas financieros del sol azteca mantienen ahorcado al partido, su sindicato fue liquidado y sus trabajadores demandaron indemnización, mientras que las finanzas partidistas no le alcanzan ni para pagar las multas que arrastra desde hace seis años, después de la elección presidencial de 2012.

El PAN, que parecía entrar en una redefinición a través de una renovación de dirigencia nacional y algunas estatales, terminó por ser el parteaguas de la división, la ventaja que el anayista, Marko Cortés logró con 79 por ciento de los votos emitidos, aplastó a los panistas tradicionales, representados por el nieto del fundador del blanquiazul Manuel Gómez Morín.

De ahí, la salida del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, vino a romper la poca unidad y a opacar el resultado que dio el triunfo al anayismo, para continuar con una desbandada que podría seguirlo hacia el nuevo partido que anunció, construirá al lado de su esposa la frustrada candidata presidencial, Margarita Zavala.

Por su parte, el PRI, otrora aplanadora electoral, que hace seis años ganara la Presidencia de la República, con su candidato Enrique Peña Nieto, y con una votación, relativamente holgada hoy se encuentra en el peor momento de su historia.

Aglutina apenas el 10 por ciento de las posiciones electorales federales en el Congreso de la Unión, pero mantiene una estructura partidista, la más extendida, la que ha podido ganar elecciones por décadas, pero que hoy se encuentra desarticulada y golpeada.

En su informe de auto diagnóstico, de la comisión que preside el colosista Samuel Palma, el priismo reconoce errores, abandono, falta de identidad de los candidatos, pero reconoce que no se hizo política al interior del tricolor.

Si bien, por ahora, es el único partido de oposición que se mantiene unido, sin divisiones el PRI, está iniciando en una, que podría ser muy larga etapa de reforma interna, la más profunda e importante de su historia, como la ha descrito su presidenta Claudia Ruiz Massieu.

Las tres principales fuerzas de oposición se encuentran fuera de la batalla, por el momento es urgente que se rehabiliten en sus capacidades políticas, desde los partidos, porque en las cámaras del Congreso se han vista sometidos por el partido hegemónico y solamente desde los partidos podían hacerse escuchar.

El inicio de sexenio trae consigo infinidad de incógnitas, principalmente sobre la actuación de la autoridad y la forma en que la sociedad y los partidos políticos responderán a las acciones legislativas y de gobierno.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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