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Capital Político

Morena y PRD, un lío de comadres

A nadie engañan los perredistas con sus cifras; y de los morenos la cosa no fue muy diferente.

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Mucho ruido y unas cuantas nueces fue el resultado del duelo de musculaturas entre el PRD y Morena en la Ciudad de México.

Ni fueron 200 mil personas las que estuvieron en la plancha del Zócalo el sábado, como presumen los amarillos; ni fue una avalancha de adhesiones, como lo habían anunciado los morenos.

A nadie engañan los perredistas con sus cifras, pues si bien es cierto que atiborraron la plaza, a lo mucho juntaron 100 mil, y eso siendo benevolentes con los números, aunque, desde luego, es un acarreo considerable.

Ya en anteriores ocasiones se ha hecho la medición científica de cuántas personas cabrían pegadas unas con otras en la plancha del Zócalo y ni yendo a bailar a Chalma el PRD llegó a los números que presume.

Por mucho que Hiram Almeida les haya querido echar la mano, porque tradicionalmente la Policía siempre calcula muy por abajo la participación que reportan los organizadores, el sábado la SSP estimó en 220 mil los asistentes. Ni el PRD calculó tantos.

Y, por el lado de los morenos, la cosa no fue muy diferente en torno a quiénes se integraron con ellos, pues estuvieron quienes ya se habían ido antes, además de unos cuantos cadáveres políticos que salieron del armario a ver si los pejistas los reviven.

¿Alguien ha oído hablar de Elvira MurilloSebastián VázquezGabriel Rojas o Paola Félix, por ejemplo?

Pues esos son los cuadrazos panistas, priistas y verde ecologistas que se sumaron el domingo a Morena. De ese tamaño es la broma de la adhesión masiva de cuadros de otros partidos que se sumaron al proyecto pejista.

Quizá algunos pudieran ubicar más a Sara Paola Galico Félix Díaz por haber cantado en La Academia de TV Azteca que como diputada federal por el PVEM, gracias al apoyo del diputado Adrián Ruvalcaba, quien la hizo ganar el Distrito 17 de la CDMX.

Y ni qué decir de Lorena Villavicencio y Verónica Sentíes, auto llamadas Mujeres de Hierro, que seguramente ignoran que ese metal es muy aguantador y ellas se doblaron muy rápidamente para buscar refugio con los morenos, igual que en 2015 lo hicieran con el PRI.

Pero, entre tanto relajo, hay que reconocer las puntadas de Martí Batres al decir que quienes se unan a Morena no aceptarán bonos ni participarán en actos de corrupción; pronto olvidó a sus diputados que utilizaron a familiares para saquear la nómina de la ALDF.

También criticó al PRD por “reprender” a los senadores nada más porque expresaron su apoyo a Andrés Manuel López Obrador. Olvida que Morena abrió juicio de expulsión a seis diputados locales nada más por abstenerse de vetar el Presupuesto de la CDMX para 2017.

Pero, bueno, luego de esta escaramuza de fin de semana, lo único que queda claro a estas alturas en Morena y en el PRD es que ni son todos los que están ni están todos los que son.

CENTAVITOS… Buena regañada la que les puso Miguel Ángel Mancera a sus secretarios que acudieron al evento del PRD el sábado en la plancha del Zócalo, a fin de mostrarse ante las tribus como aspirantes a sucederlo en el Gobierno de la CDMX en 2018. Lo menos que Mancera dijo a sus muchachos es que atiendan la CDMX en lugar de andarse placeando, pues su primera obligación es servir a los capitalinos y no andar en campañas anticipadas.

Muy bien, aunque no faltó el aguafiestas que soltó la clásica frase de “el burro hablando de orejas”. Claro, lo dijo bajito para que el jefe no oyera.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/04/11/1157060

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