Connect with us

Uncategorized

NADIE ATIENDE LOS FEMINICIDIOS

Published

on

POR: ALEJANDRA MARTÍNEZ

 

En México ser mujer y tener entre 11 y 20 años es uno de los mayores peligros que puede enfrentar una persona.

Poco importa si es estudiante o trabajadora, rubia o morena, alta o baja, delgada o con unos kilos de más. Todas son susceptibles de desaparecer, de ser atacadas sexualmente o asesinadas, y aunque a ciencia cierta nadie conoce el número real de víctimas, las estimaciones más conservadoras hablan de casi ocho mil jóvenes desaparecidas en todo el país durante los últimos diez años.

Cada caso es una tragedia, no sólo para la familia, que de un día para otro se ve cercenada al perder contacto para siempre con uno de sus miembros. Es una tragedia, ante todo, para la sociedad en su conjunto que a cada golpe va perdiendo la felicidad y la esperanza.

La experiencia en otros países lo confirma: no basta con las leyes. Es indispensable generar conciencia y educar en el respeto a la mujer, que como individuo tiene los mismos derechos que el hombre.

Otro aspecto de la tragedia es que el tema simplemente no aparece en las agendas temáticas de los candidatos, tanto los presidenciales como todos los demás. Al parecer, la incapacidad del país
para ofrecer seguridad a las mujeres jóvenes es un tema que palidece frente a otros de veras importantes, como la economía, el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la negociación del TLCAN o el combate al narcotráfico.

Son personas comunes, con nombres comunes: Sandra, Paz, Victoria, Karen, Daniela, Mariela, Vanesa… Son miles, y en todos los casos, cuando las familias acudieron a denunciar la desaparición, normalmente al día siguiente de que no llegaron a casa, fueron obligadas a esperar 72 horas antes de, simplemente, poder levantar elreporte, ya que -se argumenta- “pudo haberse fugado con el novio o escaparse de la casa”. Son 72 horas cruciales, aprovechadas por los delincuentes para hacer desaparecer los cadáveres o para sacarlas del país, si el objetivo es utilizar a la víctima en el mercado sexual.

Hasta hoy, ninguno de los candidatos ha hecho ni siquiera un pronunciamiento sobre el problema, mucho menos se ha planteado una política pública para enfrentarlo que ayude a tratar de reducir el problema. Pero ¿qué podría hacerse?

Debemos comenzar en la educación, sensibilizar a los niños, esos niños que están agrediendo a las niñas, las golpean, se burlan de ellas, en los espacios públicos vandalizan preferentemente las imágenes femeninas y no las masculinas. Es ahí donde está la semilla de la violencia. Es urgente implementar campañas de prevención de género con el fin de concientizar a niños y jóvenes, pero también a los adultos. Y sólo después de eso emprender campañas de trato igualitario y respeto a la mujer en las escuelas, los ministerios públicos, los reclusorios, los hospitales y el interior de los hogares.

Las mujeres, las madres de adolescentes y jóvenes, desean sentir la tranquilidad de que sus hijas pueden caminar seguras por las calles, ir a la escuela sin el temor de no regresar a casa, viajar en el transporte público sin miedo a que las aborde un desconocido y las intente secuestrar, o tomar en un bar sin la desconfianza de que le pongan algo a su bebida. Para que eso ocurra se necesita la voluntad, pero ésta nunca va a aparecer sin que el problema sea cuando menos visible para quienes compiten por representar a esas mujeres anónimas, a quienes les piden el voto ofreciéndoles una mejor vida.

Entonces, señores candidatos, ¿quién dice yo?

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

Los influyentes

Twitter

Facebook

Advertisement Post/page sidebar widget area

Recientes