Adrián Rueda
De por sí es de color serio, dijeran en el barrio, pero quienes lo han visto de cerca aseguran que el alcalde Manuel Negrete cada vez se ve más moreno, y que no creen que sea precisamente por sus giras de trabajo bajo el sol.
Para nadie es un secreto que el exjugador de los Pumas de la UNAM y su padrino político, Mauricio Toledo, tuvieron un encontronazo después de las elecciones, porque ambos se disputaban la estructura administrativa de la alcaldía de Coyoacán.
El futbolista pecó de iluso si pensó que en realidad ganó la elección por sus goles del pasado, y el hoy diputado federal pecó de abusivo al considerar que su candidato no aportó nada, que fue llevado al triunfo por las bases del PRD… y en menor medida del PAN.
Cuando el triunfo del guerrerense se puso en entredicho por supuesta violencia de género en contra de su rival, la actriz María Rojo, además del uso ilegal de recursos públicos en su campaña, comenzaron las primeras diferencias.
Enviados del ahora exdiputado Alejandro Encinas se acercaron a él para ofrecerle hablar con algunos magistrados amigos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que decidiría su caso, a fin de que se le respetara el triunfo.
Claro que, a cambio de ese favor, le pedirían otro: que rompiera con Toledo a fin de que Morena pueda recuperar la alcaldía de Coyoacán. Nadie sabe si la oferta fue aceptada por el alcalde; si la rechazó o la incumplió, pero al parecer se reconcilió con su padrino.
De las aproximadamente 180 plazas de la estructura delegacional, el diputado se quedó con 120 para sus huestes y el resto fue para Negrete, de quien dicen le interesaba asegurar áreas como Ventanilla Única, por aquello de los negocios de la construcción de unos amigos.
Aunque en apariencia quedaron en paz, dicen las malas lenguas que del equipo de la próxima Jefa de Gobierno le han enviado mensajes de que “nada le faltará” a sus gobernados si juega del lado correcto.
Nadie olvida que en las pasadas campañas políticas por el gobierno, el Congreso y las 16 alcaldías de la capital, Coyoacán fue un foco rojo por la violencia ejercida en contra de los candidatos de Morena, incluyendo a la próxima gobernante.
Los morenos no quieren a Toledo y les gustaría tomar revancha pegándole en donde más le puede doler, que es quitándole el territorio que durante años lo ha mantenido vivo en la política activa.
Si logran convencer a Negrete, dándole garantías de que si cambia de cancha no le va a pasar nada y podrá anotar muchos goles con una nueva camiseta, es cosa de tiempo para que su pase se concrete.
La primera señal se verá en la integración del Presupuesto 2019 para la CDMX que los diputados locales elaboran, y si Coyoacán no es castigada, será la señal de que Manuelito efectivamente se está poniendo más moreno de lo que es.
CENTAVITOS… Amén de que la mayoría están espantosos, la decisión de Claudia Sheinbaum de desaparecer el logo de la CDMX durante su gobierno no suena nada cuerda, pues mal que bien las siglas impuestas por la administración de Miguel Ángel Mancera ya están posicionadas en el mundo y quitarlas sería empezar de cero. Cuando todo mundo consideró un error quitar las siglas del DF, pues era una marca posicionada en el mundo, viene la desaparición de CDMX, lo que resulta un tanto inexplicable. Si Claudia quiere diferenciar su gobierno de los anteriores cambiando letras y colores, pues los capitalinos estarán fritos.
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