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Investigación

No pueden solas/os se cuelgan de quien es candidato hace 18 años

Resulta por demás obvio que la estrategia de Morena sea colgarse de la figura de Andrés López Obrador…

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Por Hugo Morales

Si usted viaja por la Ciudad de México (CDMX); si viaja por distintos lugares en el país, el común denominador es la propaganda electoral. Rostros, colores, banderines, volantes, anuncios espectaculares. Las candidatas, los candidatos, posan y sonríen en sus colores, lemas y logos respectivos. Unos bien logrados, otros no tanto. Cada una o uno se oferta políticamente. Sin embargo, destacan los anuncios de Morena. Ningún aspirante de ese partido puede solo. En toda su propaganda se venden con el rostro de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Rostro a rostro, abrazándolo –los más, como cercanos al cielo, al creador–, de pie o sentados. Pero en todo momento, colgándose de su figura y de su presencia, no de la propia.

Incapaces de decir quiénes son; por qué la gente tendría que votar por ellos; cuáles son sus atributos. Nada. Sólo se ofrecen a la Venia del Señor. El Ungido les dio el toque mágico, para ocultar sus actos de corrupción, su mediocridad. Se venden con la promesa de un futuro esperanzador, cuando en su saltimbanqui paso por partidos e instituciones públicas, han sido incapaces de mostrar por qué la ciudadanía debería de ver en ellas/os una opción. Eso sí. Para ellas/os el cargo al que aspiran sí es una opción de un futuro económico personal.

Resulta por demás obvio que la estrategia de Morena sea colgarse de la figura de Andrés López Obrador, y hasta explicable. Se trata de un personaje que ha hecho campaña durante 18 años consecutivos y que los errores y ataques de sus adversarios, le hicieron crecer con aura de víctima.

Si fuera sólo eso, que se colgarán de su figura, sería lo de menos. El problema es que no conciben el ejercicio político sin la decisión suya. No se trata de un colectivo sino de grupos de personas unidas por intereses propios (económicos, sobre todo), bajo el estricto control de quien les permitirá el acceso a cargos públicos. De ahí que la ciudadanía no encontrará margen de independencia y autonomía en ninguno de ellos. Todas sus promesas son huecas. No podrán cumplir ninguna, sin la autorización respectiva de sus comisarios políticos enviados por ya saben quien.

Ni en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum será capaz de hacer nada –ni conformar gabinete— sin la autorización de López Obrador. De llegar a ganar, como bien acota Adrián Rueda, regresaremos a la figura de la Regencia. Una persona designada por el Presidente de la República en turno, sujeto a la decisión de Los Pinos.

Si usted es tan joven de no acordarse de Carlos Hank González, Ramón Aguirre, Manuel Camacho Manuel Aguilera u Oscar Espinoza Villarreal, no se preocupe. Los tiempos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) volverán. O hoy con otro color, pero con un alto porcentaje de los mismos personajes.

Y como Sheinbaum, los tradicionales levanta dedos se reproducirán por todos los espacios del Ejecutivo y del Legislativo. Con nuevos nombres, pero con iguales gestos. Veremos quiénes desde su Bronx morenista se convierten en los nuevos autores de roqueseñales y demás.

Esos tiempos ya volvieron. Los tenemos de regreso; si el cártel de las encuestadoras tiene razón. El vínculo político/delincuencia se purificó con sólo bañarse en tinta morenista. Rigoberto Salgado y su administración vinculada al narcotráfico fue tocada por la pureza democrática de López Obrador, Sheinbaum y Batres. La Mano con Ojos que guiaba la administración delegacional desapareció como por arte de magia.

El enorme trasiego de drogas que controla la Unión de Tepito fue invisible para Ricardo Monreal, el de la rabieta porque el dedito selector tabasqueño decidió que Sheinbaum fuera la candidata. El “Betito” y su banda y el terror que ha impuesto en la Delegación Cuauhtémoc goza de buena salud, en gran medida por la acción u omisión de Morena y Moreal. Por cierto, Pedro Pablo Antuñano y su caja de cartón con 600 mil pesos, sigue siendo el gran operador de Morenal, ¿cierto?

Estimada ciudadanía, si ya saben quien gana, no nos va a sorprender con su forma de gobernar. La conocemos. Lo que él no conoce porque nunca ha ganado un derecho, es que su manto santificador no le va a alcanzar ni a él ni a su feligresía para contener el descontento social cuando haya que cumplir promesas y sean incapaces de llevarlas a cabo.

P. D.: A las 18:50 horas del pasado 31 de mayo en el Auditorio del INE, las candidatas y candidatos al Senado de la República para la CDMX, de Por México Al Frente, del PRI y de Nueva Alianza, respetando los tiempos habían ingresado y debieron de esperar tres veces el llamado para que entrará Martí Batres y su acompañante, y tomarse la foto oficial. No lo hizo. Entonces se tomaron la fotografía e incluso con los estudiantes, especialistas y la moderadora Fernanda Tapia. Hasta el momento en que se dio cuenta que no lo iban a esperar, hizo su arribo el eterno beneficiario de los dedazos políticos, Martí Batres. Suponemos que ha de creer que tiene algún tipo de investidura protectora para que los demás soporten su soberbia. Será el traje invisible del rey de los cuentos infantiles.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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