Connect with us

Investigación

Otra vez, los buenos y los malos

Votar en contra de López Obrador es votar en contra de la vieja visión priista de un personaje que fue feliz militante del tricolor…

Published

on

Por Hugo Morales Galván

De nueva cuenta, amigas y amigos, compañeras y compañeros o simples conocidos se ubican en los extremos en este proceso electoral. Se colocan del lado de los “buenos” porque dicen que votarán por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y colocan del lado de los “malos” a quienes no sufragarán por él. Desde las redes sociales anuncian ya una revolución social. Aseguran que el pueblo se levantará en armas si no gana. Además de simpatizantes legítimos, en el anonimato de internet se han sumado personas contratadas por Morena para articular, que convocan a la hoguera a quienes critican o se atreven a deslizar que, aun siendo puntero en las encuestas, la última palabra no está dicha y el resultado puede ser diferente.

Encrespan su ánimo y como muestra de sus afirmaciones reproducen mecánicamente fotografías con plazas “repletas de gente” y mensajes en redes sociales. Olvidan que las plazas llenas no votan (acarrean niños y jóvenes aún sin edad para votar), ni un twitt es un voto, mucho menos un like es un sufragio.

La feligresía de Morena acusa a los grupos fácticos de operar en contra de su líder. Puede que tengan razón, pero en este proceso todos juegan: los partidos, los grupos de poder, la Iglesia, los sectores económicos, los medios de comunicación. Todos juegan, porque al igual que cada uno de nosotros tienen sus propios intereses. No conozco un solo país, una sola democracia, que no sea así. Tanto que después de dos intentos fallidos, AMLO está queriendo quedar bien con todos ellos, con la derecha, con la ultraderecha, con esos grupos fácticos a los que desprecia. Es así. Y no sólo se vale, sino que es legal y legítimo, nada se lo impide.

Así, López Obrador se alió con el Partido Encuentro Social (PES), cuyo líder Hugo Eric Flores opina que “el matrimonio entre homosexuales es una moda”; el mismo personaje que en la ALDF pidió modificar las siglas de la CDMX, porque representan una señal “satánica”.

De las alianzas de Morena hay que decir que en Baja California cobija la candidatura del ex militar Julián Leyzaola, inculpado por la CNDH por actos de tortura en Ciudad Juárez, Chihuahua, y en Tijuana, al frente de organismos de seguridad pública. Incluso, en abril pasado Amnistía Internacional-México advirtió a la dirigencia de Morena sobre la gravedad de la postulación de Leyzaola.

¿En la rústica cultura de López Obrador, o de su grupo, se sabrá qué es Amnistía Internacional? Al parecer no. Hay que prepararnos, pues mientras el candidato presidencial de Morena habla de lograr la paz, postula a un torturador. “No mandaba torturar; él torturaba”, dice un testimonio.

La polarización generada por el discurso discriminador y amenazante del candidato de Morena es de antología. “Fifís blancos”, “Pirrurris”, llama a sus críticos. Cuando sus hijos son la mejor expresión de ese sector que desprecia. Son los hijos de “papi”, sin oficio ni beneficio, pero, eso sí, altos dirigentes de un partido familiar.

Votar en contra de López Obrador es votar en contra de la vieja visión priista de un personaje que fue feliz militante del tricolor. Mientras obreros, campesinos, estudiantes y dirigentes políticos fueron reprimidos, perseguidos, asesinados, desaparecidos, él era orgullo priista en Tabasco y luego en el Distrito Federal.

No hay registro alguno de que en todo el periodo de la llamada “guerra sucia” (Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado), ejecutada por las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad mexicanos como la Dirección Federal de Seguridad (a cuyo mando estaba Manuel Bartlett, su ahora compañero y artífice del fraude electoral de 1988) o de la paramilitar Brigada Blanca, López Obrador haya expresado su rechazo. Convalidó la represión con su silencio cómplice y cobrando del erario público como cuadro priista.

P. D.: Ojalá nutra su incultura con los dos informes del Grupo Independiente de Expertas/os Interdisciplinario (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el caso de los 43 jóvenes desaparecidos en Ayotzinapa. Y que alguien le explique en qué consiste el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, ahora que dice que convocará a “la ONU” para resolver el caso. Primero, es anuncio de su incapacidad –si es electo- para resolver el caso, o la incapacidad de quien nombre en la Procuraduría General de la República (PGR)-; segundo, los informes del GIEI fueron avalados por las instancias de derechos humanos de Naciones Unidas.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

Continue Reading
Advertisement Article ad code

Los influyentes

Twitter

Facebook

Advertisement Post/page sidebar widget area

Recientes