La orden para el PRI en la Asamblea Legislativa fue votar en contra de la propuesta de que en la Ley Electoral de la Ciudad de México quedaran estipuladas las alcaldías abiertas, a fin de que los concejales fueran elegidos de manera independiente y no en planillas.
Esta decisión hizo corto circuito en la fracción, cuyos integrantes se encerraron por horas en sus oficinas de Donceles para ver cómo votarían, pues al menos tres de ellos habían prometido votar en favor de que las elecciones fueran “abiertas”.
El coordinador Israel Betanzos insistía en que la orden era ir en contra de la propuesta que incluso su compañero José Encarnación Alfaro presentaría, y que coincidía con lo que proponían los del Verde Ecologista y algunos diputados de Morena.
Estaban entrampados, sobre todo porque Alfaro, Dunia Ludlow y la propia presidenta del PRI capitalino y vicecoordinadora del grupo en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Mariana Moguel, habían dicho días antes en conferencia de prensa que irían en contra de la cerrazón de alcaldías.
La salomónica decisión que se tomó autorizó a estos tres últimos diputados a ir en contra de la opinión del resto de sus compañeros —de manera pactada—, para evitar que la asociación civil con la que se habían comprometido los tachara de traidores.
Por supuesto que no todos quedaron contentos, en especial el diputado Adrián Rubalcava, que estaba como león enjaulado porque no lo dejaban tomar la palabra durante el debate en el pleno.
Quería comerse vivos a todos, en especial a su compañero Encarnación, pero no lo dejaron subir.
Y es que según él —y coincidió la mayoría de los diputados de todos los colores que han tenido experiencia como jefes delegaciones— un concejo de oposición haría prácticamente imposible la operación de un cabildo en la ciudad.
Se encarecería la burocracia y ni se diga el aumento al costo del proceso electoral que, según el perredista Raúl Flores, la pura impresión de las boletas se elevaría a casi 400 millones de pesos, aunque el total del proceso —según Rubalcava— llegaría a tres mil millones.
Para los panistas, empezando por su coordinador Jorge Romero, el documento que elaboraron los constituyentes y que entregó a la ALDF, señala que el alcalde debe contar con la garantía de tener 60 por ciento de los concejales de su parte.
Que así está escrito en la Constitución Política y se tiene que respetar, por lo que no hubiera sido viable modificarlo.
De la misma opinión fue el coordinador perredista Leonel Luna, pero lo interesante fue que cuando apenas inicia la “armonización” de las primeras leyes, donde no hay armonía es al interior de los propios partidos.
Incluyendo en Morena, que ni siquiera se presentó completo a dar el debate.
CENTAVITOS… Por cierto, a este espacio llegó una carta de la priista Dunia Ludlow, en la que niega pertenecer a “bloque democrático” alguno con otros partidos. Dice que tampoco recibió instrucción alguna de su coordinador Israel Betanzos para votar (la Ley Electoral) en favor de un “carro completo”. Que votó según su conciencia, porque en su partido es libre esta práctica y que tener coincidencias con otras fuerzas no significa cercanía… Bueno, quien anunció un “bloque democrático” en conferencia de prensa fue la fracción de Morena, pero queda claro que ella no dio su aprobación. En lo que respecta a que Betanzos no le dio instrucción alguna, pues qué bueno porque aquí jamás se publicó que así hubiera ocurrido, y si no acata línea de su coordinador y es libre para votar como quiera, pues qué mejor.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/06/02/1167175
