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Investigación

PAN molido

Liderazgos inmolan al partido, vive su peor crisis de militantes. La participación en las elecciones para la dirigencia nacional y estatales del blanquiazul muestran la pulverización del partido.

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Eduardo León

Con 13 estados de la república y casi 500 municipios que son gobernados por el Partido Acción Nacional (PAN), el pasado domingo el blanquiazul realizó sus elecciones internas para elegir a su próximo presidente nacional.

Se instalaron 501 mesas de votación en mil 347 puntos localizados a lo largo y ancho del país, en las que se esperaba una afluencia de sus 280 mil 383 militantes que conforman su padrón, según informó el propio partido el pasado 11 de noviembre. Las cosas no fueron co- mo se esperaban.

El PAN informaría esa misma noche que la participación superó el 60 por ciento de sus militantes, cerca de 168 mil, quienes le dieron el triunfo a Marko Cortés con 79 por ciento de los sufragios emitidos, mientras que su oponente Manuel Gómez Morín únicamente obtuvo el 21 por ciento. El partido, a través de un comunicado señaló que los resultados definitivos se darían a conocer en las próximas horas, con la totalidad de las actas computadas.

El ejercicio democrático que realizó el blanquiazul podría ser el último de este tipo por su cantidad de participantes y militantes que sistemáticamente continúan en franca caída.

Los factores que han influenciado en la caída de la militancia albiazul son diversos, ejemplo de esto último son las disputas internas que se ventilan cada vez más en la sociedad mexicana.

Por lo anterior, el propio Comité Ejecutivo Nacional del PAN emitiría la semana previa a las elecciones un oficio interno dirigido a su militancia para animarlos a participar, la intención del CEN panista no era otra que mostrar músculo como la principal fuerza partidaria de oposición ante el vendaval electoral que representó Morena en las pasadas elecciones federales.

¿Su preocupación? Que una desnutrida participación en la elección para presidente nacional y las dirigencias estatales mostrara, ante la percepción pública, una estructura pulverizada con andamiajes electorales disfuncionales, una militancia ausente y, sobre todo, un menguado músculo político para pelear las batallas venideras con la suficiente legitimidad ante la arrolladora política del próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El famoso voto útil le concedió el beneficio de la duda al PAN al favorecerlo con su preferencia para que tomara las riendas de la presidencia de la república en el año 2000, con un candidato que resultó empático con las masas: Vicente Fox Quesada, y con un Partido Revolucionario Institucional lo suficientemente desgastado ante los ojos de la sociedad mexicana, el PAN obtenía su oportunidad única en su historia. Ese bono democrático se pulverizaría 18 años después.

En caída libre

El padrón panista se ha reducido continuamente desde los tiempos de la presidencia del primer presidente emanado de las filas del PAN, Vicente Fox, cuando era de 2 millones de militantes, a 1 millón cuando gobernaba el segundo presidente también panista en el 2006, Felipe Calderón; aunque ya en el 2010 representaba solamente 483 mil militantes panistas, a los 280 mil que cuenta actualmente el partido.

Doscientos veintiún mil votos tuvo que haber obtenido Marko Cortes para ganar la presidencia panista, según las cifras el PAN, equivalente al 79 por ciento; mientras que Gómez Morín obtendría cerca de 59 mil votos, equivalente al 21 por ciento, según los números reportados por las autoridades panistas.

Los panistas saben de su crisis de militancia y adherencia, por ello al dar a conocer los resultados

De su elección interna no han podido dar cifras contundentes.

Si los números de votos que se registraron en las urnas fueran menos de 100 mil para elegir a Marko Cortes como nuevo presidente del partido, quedaría en evidencia una crisis mayúscula. Sólo 79 mil militantes habrían dado el triunfo al futuro interlocutor político nacional del PAN.

Cálculos políticos

Sistemáticos fueron también los llamados por parte de Marcelo Torres Cofiño, presidente albiazul, interino de Ricardo Anaya, para cerrar filas y consolidar la unidad como la segunda fuerza política en el país. “Es momento de que olvidemos los agravios las ofensas y que veamos verdaderamente por México”, exclamó.

Los panistas y algunos de sus liderazgos hicieron caso omiso a los llamados de su presidente, y durante la misma jornada electoral interna recibiría un revés.

Ahora el ex presidente nacional del partido y ex presidente de México, Felipe Caderón Hinojosa, anunciaba su renuncia a casi cuatro décadas de militancia.

El anuncio tuvo todo el cálculo político. De ajedrecista lo calificaron algunos miembros del PAN, pues el anuncio no sólo fue para “madrugar” a Marko Cortés y quedarse con las portadas en los medios de comunicación, sino que la intención era que el mayor número de personas que no están conformes con la nueva dirigencia migren al nuevo partido que ha anunciado que creará junto con la también expanista y esposa, Margarita Zavala.

Lo interesante en el ajedrez blanquiazul es que la tirada de Calderón -que por cierto, la peor crisis de disminución de militancia panista comienza después de su gestión como primer mandatario del país- serán los números finales, no porcentajes, ya que se espera que el porcentaje de votos inconformes a la asunción de Marko Cortes como dirigente na- cional sea el que migre a las nuevas filas de su nueva organización partidista.

Es decir, poco más del 20 por ciento de los militantes panistas comenzarían una desbandada de Acción Nacional, lo cual generaría la peor crisis de simpatizantes, militantes y adherentes que el partido haya tenido a lo largo de su historia, dejando a la nueva dirigencia únicamente el cascarón, mientras
que el ex presidente y su esposa podrían tener una base de militancia nada despreciable para comen- zar a ser oposición del nuevo régimen guinda.

Hay de presidentes a presidentes…

Los dos presidentes de la república impulsados por el PAN ya no estarán más entre sus filas. Los dos baluartes para todo panista son los mismos que han desdibujado al partido, ya sea por las facturas y enemistades de sus gestiones al frente del país como por el fuego amigo que representaron al interior de Acción Nacional.

El PAN, con la presidencia de Ricardo Anaya y sus maniobras para quedar- se con la candidatura presidencial del 2018 abrieron demasiadas heridas que nadie ha tenido interés en cicatrizar.

Después de que Anaya Cortés se auto ungió como el candidato panista, construyó una candidatura común con el PRD, y juntos obtuvieron el 22.2% de la votación nacional, el peor resultado en una elección presidencial para el PAN desde 1994.

Durante el proceso de selección del candidato del PAN a la presidencia, Margarita Zavala, que en ese entonces aspiraba a ser la candidata por ese partido, terminó renunciando a su militancia y se postuló como independiente, y aunque se bajó de la competencia nunca rompió con muchos de los simpatizantes que hoy, junto con su esposo, Felipe Calderón, disputaran el mismo capital político del PAN, la misma base, la militancia panista.

*Lea este artículo completo a continuación: 

https://elinfluyente.mx/el-influyente-31-superamos-la-ley-de-herodes/

 

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