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Investigación

¿Participación ciudadana, para qué?

Es cierto, la participación ciudadana hace la diferencia entre una democracia y una dictadura, pero ¿qué pasa si la ciudadanía es de una u otra manera inducida a descartar o apoyar un proyecto? En tal caso estaríamos ante una participación ciudadana simulada.

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Por Alejandra Martínez

“Una consulta o una encuesta en la que participen todos aquellos que deseen” será lo que determine el futuro del proyecto que hoy se conoce como el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Esto anunció el viernes pasado el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

De hecho, el anuncio fue sólo la formalización de una propuesta que ya había hecho en campaña, con objeto de “que la gente sea corresponsable de la decisión que se tome”.

Como ejercicio de participación ciudadana, sin duda suena bien y congruente con el proyecto democrático propuesto por López Obrador “que sea la gente quien determine”, en los foros que se organizarán durante las próximas semanas y con base en estudios realizados por expertos.

Ahora bien, como ejercicio de gobierno esta propuesta deja mucho que desear pues, como dijera Herbert Spencer, en un gobierno “se da por supuesto que el ciudadano dio conformidad a todo lo que su representante pueda hacer cuando lo votó”, es decir que si los ciudadanos votan y eligen a una persona determinada, están delegando en ésta las decisiones que no siempre pueden tomar, dada la multitud de elementos que impiden el proceso, como divisiones de opinión, la falta de formación especializada o simplemente el desinterés.

Esto lo hemos visto en la ciudad ya varias ocasiones, con temas tan controvertidos como la interrupción del embarazo, la regularización y limitación de las marchas y la libertad de culto. Todas han sido decisiones y acciones de gobierno que se deciden más bien unilateralmente, con base en un proyecto político y sustentado en una representatividad.

En su discurso, el presidente electo afirma que “la gente sabe”, que “es sabia y no se equivoca”; pero la historia nos ofrece un sinnúmero de ejemplos que apuntan en sentido contrario, y cuando el tema en cuestión combina con lo político, aspectos económicos y técnicos, la decisión debería tomarse con mayor seriedad.

Porque, vamos a ver, ya a la hora de la consulta ¿cuáles van a ser los criterios que la gente tome para votar o no por determinado proyecto? ¿Cuál es el proyecto que el próximo gobierno tiene interés en apoyar?, porque seguramente el ciudadano común no estará revisando los documentos técnicos que se entreguen, y si los hace, quién sabe si le resulten comprensibles.

Es cierto, la participación ciudadana hace la diferencia entre una democracia y una dictadura, pero ¿qué pasa si la ciudadanía es de una u otra manera inducida a descartar o apoyar un proyecto? En tal caso estaríamos ante una participación ciudadana simulada.

Ejemplos de cómo la participación ciudadana puede quedar en membrete o ser un simple instrumento de propaganda, tenemos varios. Tal vez el mejor es la votación para el presupuesto participativo que se organiza en la ciudad, o la elección de comités vecinales, que en el discurso tienen como objetivo que la gente decida sobre los proyectos a realizarse en su comunidad, pero que realmente es un mecanismo para que grupos políticos se apoderen del control de colonias, barrios y unidades habitacionales.

¡Bienvenida la participación ciudadana y la corresponsabilidad! Sin duda es algo que hace falta en la ciudad y el país, pero ésta debe ser real, porque si se encuentra la figura de un político o partido que induce el sentido de la encuesta o la consulta, de muy poco servirá que se siga utilizando esta figura.

Otro aspecto que debe valorarse es si después del bombardeo de propaganda, por la elección de este año, la gente aún está dispuesta a participar en un nuevo ejercicio de consulta, y sobre todo qué porcentaje de la población validará el futuro de un proyecto que impactará a millones de personas.

Lo cierto es que, cuando menos por el momento, el capital político del presidente electo da para eso y más.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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