De mecha corta como es, el diputado priista Adrián Rubalcava no tardó ni tantito en encenderse y anunciar que demandará por daño moral a la diputada federal exverde ecologista Sara Paola Galico Félix Díaz, quien lo acusó de amenazarla de muerte.
La legisladora, representante del Distrito Electoral 17 —que comprende parte de Cuajimalpa y Álvaro Obregón—, se fue a las filas de Morena diciendo que temía por su vida porque Rubalcava le tenía prohibido, desde hace año y medio, recorrer su territorio.
Que incluso había informado de la situación al coordinador del PVEM en San Lázaro, Jesús Sesma, y al del PRI, César Camacho, quienes no hicieron nada al respecto y que, cansada de aguantar, decidió unirse a Andrés Manuel López Obrador.
En una entrevista publicada ayer por El Universal, la exparticipante en el programa de La Academia en TV Azteca aseguró que, desde que ganó la diputación, el legislador priista le dijo que “por su propio bien” no pisara el territorio y que se fuera a otro lugar.
Sin embargo, luego de hacerse públicos los mensajes de WhatsApp de las últimas semanas entre Paola Félix y Rubalcava, todo parece indicar que, más que amenazada de muerte, sus acciones son producto de una mujer despechada.
Y es que los intercambios entre ambos legisladores son en extremo cariñosos, al grado de que la diputada le pide en reiteradas ocasiones al exdelegado en Cuajimalpa que por favor se puedan ver de nuevo y le dice que lo quiere mucho.
Lo felicita por su cumpleaños e incluso le reconoce que ha sido su guía y maestro, y lo tiene en una cadena de oración para pedir por su salud, pues en las últimas fechas el diputado ha estado enfermo.
En otro mensaje, Paola agradece a Rubalcava haberla recomendado con un médico del Hospital Ángeles de Interlomas que la atendió por el fuerte dolor de estómago y de columna que tenía.
Le dice que, gracias a Dios, se trata de una úlcera y gastritis muy fuerte, pero que se descartó cáncer de estómago, como ella temía.
Después le pregunta que si ya no la quiere ver, que si ya no quiere hacer nada con ella, que si sigue enojado por lo de Cuajimalpa, y él le contesta que no está enojado, que ya no toque ese tema y que también la quiere mucho.
En otro momento, él le dice que le dijeron que se iría a Morena, que si ya le avisó a Sesma y ella lo niega; le dice que no crea todo lo que dicen los chismes… aunque, al final, sí se fue con los pejistas.
Rubalcava y Félix habían tenido un disgusto en diciembre porque la legisladora federal prefirió etiquetar 20 millones de pesos del presupuesto para Chiapas en lugar de enviarlos a Cuajimalpa, donde están parte de sus electores.
Para acabar con el desencuentro, Jesús Sesma los juntó y todo se calmó… aparentemente, porque Paola está hoy con Morena, que la vería como su probable candidata en Cuajimalpa, donde sería rival precisamente de Rubalcava.
Por eso las declaraciones de Félix, más que provenir de una mujer amenazada de muerte, parecen de despecho e incluso de una ambición muy personal.
CENTAVITOS… Y sobre el mismo tema, dicen que Rubalcava sospecha que el líder de Morena en la Ciudad de México, Martí Batres, es quien está detrás de Paola, y que también lo incluirá en la demanda.
Si fuera así, a buen palo se arrima la diputada, pues pedir apoyo a alguien que no se lo da a sus exmujeres y a sus propios hijos, no es garantía.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/04/13/1157439
