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POLÍGRAFO POLÍTICO / Sheinbaum sola y sin operadores

La marcha que el lunes de la semana pasada realizaron grupos de jóvenes feministas es el caso más reciente y también el más claro de la ausencia de operadores.

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Carla María Petrella 

Los meses previos a que tomara protesta la jefa de gobierno, más de un actor político y analista se preguntaba quién sería el operador de Claudia Sheinbaum para los temas difíciles de la ciudad, como seguridad, movilizaciones sociales, transporte, ambulantaje e invasiones, pero nadie tenía la respuesta.

Ocho meses después la pregunta sigue en el aire… y no porque la respuesta sea  un secreto, sino porque nadie realiza esa función. Este vacío es causa de muchos de los problemas que hoy enfrenta el gobierno de la ciudad y su titular, y también de la percepción generalizada de que el actual gobierno va de un desacierto a otro.

Muchas son las evidencias de que la jefa de Gobierno está sola, sin asesores eficientes, con un gabinete gris, sin operadores políticos y con un pésimo trabajo de comunicación social. Todo ello es parte de lo que provoca la mala imagen que tiene ya Sheinbaum y la caída de su aceptación en las encuestas.

La marcha que el lunes de la semana pasada realizaron grupos de jóvenes feministas es el caso más reciente y también el más claro de la ausencia de operadores. A decir de la autoridad, en esa marcha hubo grupos infiltrados que buscaban desestabilizar, provocar y golpear la imagen del gobierno de la ciudad, los cuales rompieron vidrios de la Procuraduría General de Justicia y lanzaron diamantina al titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

Lo que ocurrió en esa marcha fue un descuido de primaria para el gobierno. En teoría, la Ciudad tiene una Secretaría de Gobierno de la cual depende el área de concertación, responsable de monitorear todas las marchas y manifestaciones que ocurren en la ciudad. Los concertadores saben previamente quiénes participan en las movilizaciones, y hay un acompañamiento personal para reportar su evolución y evitar desmanes. En temas sensibles como el de violencia a la mujer, estos cuidados debieron ser una prioridad. 

Sin embargo, en la marcha y manifestación de las mujeres, nadie se enteró o nadie acompañó; nadie reportó quiénes iban marchando y quiénes ejecutaron la agresión al jefe de la policía. Nadie hizo nada para encapsular y neutralizar a los supuestos grupos que después se identificaron como violentos, pero de los que nada pudo precisar la jefa de gobierno en la conferencia en que airadamente salió a recriminar y calificar a estos “grupos” de “provocadores”.

No dijo nada porque seguramente tampoco le pudieron informar si se trataba de grupos anarquistas o antisistema, los cuales, en efecto, suelen infiltrarse en toda marcha, pero no sólo ahora, sino desde hace mucho tiempo, lo cual iguala al actual con los anteriores gobiernos de la ciudad.

¿Dónde estaban los concertadores? ¿Dónde la Directora de Concertación? ¿Qué hacía el Subsecretario de Gobierno?, y ¿dónde estuvo la Secretaria de Gobierno mientras ocurrían los hechos? En este caso como en ya tantos otros, quedó claro que el área de concertación no está cumpliendo con su misión, muy probablemente porque quienes hoy están ahí desconocen la importancia de su  trabajo, no saben cómo hacer las cosas y generan un impacto negativo en la gobernabilidad, algo que tenía muy claro Pedro Bello, por años responsable de atender las marchas, pero que sacaron de la administración que llegó el 5 de diciembre.

Si lo ocurrido el lunes evidenció que no hay operadores que actúen en marchas y manifestaciones, el evento que el miércoles organizó la jefa de Gobierno con 25 grupos feministas lo confirmó, pues a los responsables “se les olvidó” invitar a las organizaciones jóvenes de feministas, justamente las que han convocado a las manifestaciones para exigir justicia para la joven de 17 años que denunció haber sido atacada por policías de la SSC, las cuales, además, se sienten excluidas por el gobierno.

La consecuencia fue que las redes sociales se encendieron, primero por las críticas a Sheinbaum y después porque la invitada estelar a su evento fue Marta Lamas, quien en efecto representa a las feministas, pero a las de la “vieja guardia”. Hubo incluso quien acusó a Lamas de tener nexos con padrotes.

En el tema de seguridad, la jefa de gobierno tampoco tiene operadores que le ayuden a meter en control a los grupos delictivos que hoy están desatados en la ciudad. Orta ha sido incapaz de realizar esta labor y peor aún Ernestina Godoy. Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera tuvieron haciendo ese trabajo al hoy diputado Héctor Serrano, hombre actualmente satanizado pero que en su momento logró tener los hilos y el control de organizaciones y grupos, y a López Obrador esos servicios se los dio René Bejarano.

Hoy por hoy Claudia Sheinbaum está sola. No tiene a nadie, ni en lo público ni en lo oscurito. Nadie le opera los temas espinosos y complicados de seguridad; nadie le opera políticamente, nadie le opera con grupos y nadie le opera con organizaciones sociales.

Así las cosas, resulta fácil entender por qué el caos, los desaciertos y problemas que tiene el gobierno. Lo grave es que mientras la jefa de gobierno siga con un equipo gris a los que mira y trata como empleados, no cómo colaboradores, será difícil que logre tener un operador.

Pero eso sí: muchos de los que deberían hacer inteligencia y operar en favor de la ex delegada en Tlalpan, concentran sus esfuerzos en grillar al interior del gabinete y en posicionar una agenda personal, sin importarles los problemas en que meten a quien hoy es su jefa. Tal vez ello se deba a que además de ineficientes son personas desleales… Tal vez. Ya el tiempo lo dirá. 

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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