Hugo Morales Galván
En sus inicios Víctor Trujillo supo crear un tenebroso personaje de peluca verde y ropa sucia y desgarrada, todo lo contrario, al infantil payaso televisivo Bozo, de bombacho traje limpio y vistoso. Brozo era la combinación de ese nombre y de la “broza”, la banda, el tipo callejero. De vez en vez, echa mano de esa expresión en la que miraba fijamente a la cámara para hablar con su auditorio: “!Chamacos!, ¿quieren que se los cuente otra vez?!”, y al unísono las voces en el estudio, gritaban “!noooo!”, y chiflidos y silbidos. Pero Brozo el Payaso Tenebroso, contaba sus historias parodiando las moralejas.
Pues bien, valga la pena el comentario para decir que, en la Ciudad de México, las historias del horror en seguridad pública, es como contarlas una y otra vez, sólo que aquí es sin grandilocuencia televisiva ni carcajadas, sino con cuerpos desmembrados y ejecuciones públicas.
Con un agravante: cada que el secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta, y la procuradora Ernestina Godoy salen a medios de comunicación, es como estar en un teatro de lo absurdo. Como dicen una cosa, dicen otra.
El 14 de febrero, Orta dudo de la veracidad del video que circuló en redes sociales y según el cual, presuntos integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) anunciaron su irrupción en territorio de la Alcaldía de Gustavo A. Madero. Cuatro días después salió a afirmar que todo parecía indicar que el CJNG sí operaba en la capital, pero no tenía actividad. O sea, ¿narcos que se portan bien’’. Acto seguido, recuperó el discurso de Miguel Ángel Mancera de que en la CDMX no operan cárteles de las drogas, sino grupos de narcomenudistas y acusó, sin acción legal de por medio, al ex jefe de Gobierno de haber tejido relaciones perversas con el crimen organizado.
Han sido días de surrealismo puro. Es la autoridad federal la que se ha encargado de descabezar al Cártel de Tláhuac. Orta no ha intervenido, aunque dice que ha sido informado. Pero si a la información nos atenemos, en la CDMX el objetivo mayor, es La Unión Tepito. Autoridades y adversarios tienen en la mira a este grupo delictivo. Autoridades detuvieron a Brayan Mauricio (El Pozoles), A Alexis Martínez (El Alexis) y a Israel Ramírez (El Perky). Adversarios ejecutaron a Andrés Sánchez (El Borolas), y a Gabriela Micher Siner (Zinner), novia de “La Bala”, uno de los dirigentes de La Unión Tepito.
“El Alexis” salió libre tres días después de haber sido detenido en un complejo de lujo en la Alcaldía Álvaro Obregón. Su madre y su padre fueron a recogerlo al Reclusorio Preventivo Sur en un taxi, cerca de las 23:00 horas el 10 de marzo. A la altura de Perisur fueron baleados por hombres en motocicletas. Su padre Antonio Martínez García recibió varios disparos. “El Alexis” recibió impactos que le perforaron la pierna y le provocaron una fractura. No se sabe de su paradero. La madre Enriqueta Martínez se negó a informar de su ubicación.
Ante la evidencia de ataques centrados en La Unión Tepito, Orta y Godoy salieron a declarar que desconocían algún posible vínculo. Horas después se desdijeron. Más aún, la Procuradora quiso atajar las versiones de errores en el procedimiento que permitieron la liberación de “El Alexis”, e indicó que había sido librada una orden de captura en su contra por el asesinato de una ex pareja suya. Pero, se equivocó, no se trataba de este “Alexis” de La Unión Tepito, sino de otro “Alexis”.
La serie de sucesos descritos permiten suponer que las autoridades capitalinas están dejando correr los ataques del grupo La Anti Unión de Tepito para acabar con la banda de Roberto Moyado “El Betito”, o no tienen control ya sobre la violencia que se ha desatado en la capital. En ese mismo sentido es que cobran vigencia las mantas que han aparecido en el llamado Barrio Bravo, de conformase como una especie de autodefensas para protegerse de La Unión Tepito.
El descabezamiento de estos dos Cárteles es el anuncio de mayores niveles de violencia en la CDMX. Sin sus líderes, los contrincantes buscarán tomar control y habrá reacciones a la defensiva, que desencadenará ejecuciones múltiples o individuales. Otros más, interesados, entrarán en la disputa para quedarse con lo que sobre o ganar espacio ante los vacíos que generen la confrontación.
¿Quieren que se los cuente otra vez?
