Adrián Rueda
Aunque empezó a coquetear con Morena desde hace tiempo, Mauricio Toledonunca tuvo oportunidad de emigrar al partido pejista, por la sencilla razón de que hay agravios sin cobrar en la Ciudad de México.
Al ser expulsado del PRD, Toledo pierde su base, pero conserva el fuero y representa un voto importante para las modificaciones constitucionales que busca hacer Andrés Manuel López Obrador.
El propio diputado ya dijo que él y un grupo de sus compañeros seguirán votando a favor de las iniciativas pejistas, como fueron el Presupuesto 2019, la Ley Taibo y la Guardia Nacional, entre otros.
Ante la imposibilidad de ser purificado en Morena, a lo único que puede aspirar el exdelegado en Coyoacán es a pactar protección a cambio de su voto en el Congreso, a fin de que sus actos como servidor público queden impunes.
El asunto no le caería mal a Mario Delgado, quien necesita de la mayoría absoluta en San Lázaro para cumplir con los encargos presidenciales, y con Toledo y compañía estaría muy cerca de lograrlo.
Como el acuerdo no se puede hacer público, por el obvio desprestigio a la ya de por sí desprestigiada bancada de Morena, se pactará, en lo oscurito, su voto a favor a cambio de inmunidad, pero sólo eso, nada de entrar a la fracción.
A pesar de ser uno de los dos líderes territoriales del PRD que conservaron su demarcación ante el embate pejista en las pasadas elecciones, Toledo jugó las contras a la corriente de Los Chuchos, con la que se coordinaba.
Decidió jugar abiertamente con Vanguardia Progresista —muy cercana a Miguel Ángel Mancera y Héctor Serrano— y eso no se lo perdonarán sus expatrones.
El pretexto para su expulsión, además de votar con los morenos, es que fue señalado por el alcalde Manuel Negrete de cobrar diezmos a los trabajadores de Coyoacán y de tener en la nómina alrededor de 300 aviadores.
Y probablemente sean ciertos los señalamientos, pero eso no es nuevo en el PRD. Incluso, en su época como jefe de Gobierno del DF, el propio Peje fue acusado de exigir diezmo a todos los trabajadores y no pasó nada.
Así que eso de que echan a Toledo para no desprestigiar al partido es sólo un pretexto para cobrar afrentas, porque si fuera por los diezmos, la mitad de sol azteca ya estuviera fuera.
La expulsión de Mauricio abre al mismo tiempo una ventana de oportunidad a Claudia Sheinbaum en la capital, pues el diputado cuenta con una posición en el Congreso de la Ciudad de México con Valentín Maldonado.
El voto de Valentín —que ya ha sido buscado en diversas ocasiones por los morenos— sería invaluable para Claudia, pues con éste pueden lograr la mayoría calificada para aprobar las leyes que le interesan a la jefa de Gobierno.
La única dificultad es que lo quieren sin Toledo, quien desde hace años es su jefe político. Habrá que esperar a si Maldonado se mantiene en la fracción… y en el partido.
CENTAVITOS… Por cierto, a partir de septiembre, el potosino Ricardo Gallardotendrá que dejar la coordinación de la bancada del PRD en San Lázaro, pues ese fue el acuerdo cupular cuando arrancó la legislatura. Se supone que el segundo año lo coordinaría Toledo y el tercero Serrano, pero da la casualidad de que ya ninguno de los dos estará en el partido… Quien se aferra a la dirigencia local perredista es Raúl Flores, que ayer por la tarde metió un recurso de impugnación ante el INE para dejar sin validez su destitución del cargo, ocurrida hace ocho días.
https://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/quieren-voto-de-toledo-pero-no-a-el/1297016
