Reunidos en el antiguo Palacio del Ayuntamiento con motivo del fin de la administración de Ricardo Monreal al frente de la delegación Cuauhtémoc, Miguel Ángel Mancera le hizo una oferta de último minuto al de Zacatecas: que se inscribiera para la CDMX.
La propuesta tomó por sorpresa al zacatecano, quien declinó diplomáticamente al argumentar que no estaba afiliado al PRD y que si buscaba esa opción, seguramente el partido acabaría partido, por lo que todo quedó en una amena charla política.
Durante varias semanas, el hoy exdelegado en Cuauhtémoc coqueteó con el Frente conformado por PRD, PAN y Movimiento Ciudadano para ser su candidato a jefe de Gobierno en 2018, luego de que Morena impusiera “a la mala” a Claudia Sheinbaum.
Al no llegar a un acuerdo, el zacatecano decidió mantenerse en Morena y retirarse —según él— a la vida privada y dejar la jefatura delegacional en la que estuvo durante dos años.
Luego de presentar su renuncia fue recibido por Mancera en la sede del gobierno capitalino y ahí platicaron largo y tendido de los tópicos políticos, incluso de por qué el jefe de Gobierno no se lanzó por el PRD a la candidatura presidencial.
En medio de la plática fue que el inquilino del antiguo Palacio del Ayuntamiento le propuso a Monreal que se inscribiera, que aún había tiempo de participar en la encuesta con los tres aspirantes del Frente y que igual y tendría posibilidades de ganar.
Dicen que el exdelegado no compartió la opinión de su anfitrión, pero que quedaron en muy buenos términos para lo que pueda venir, pero mientras sigue siendo moreno.
Incluso ayer reapareció públicamente junto a Andrés Manuel López Obrador, a quien tampoco le aceptó ningún cargo “por falta de ánimo”, y nadie le silbó o abucheó; fue recibido bien, con lo que cerró otro ciclo.
Cuando se iba, Monreal observó de lejos cómo algunos reporteros entrevistaban a Sheinbaum, la exdelegada en Tlalpan que, en medio de sospechas de mano negra, Morena nombró como aspirante al gobierno capitalino.
Por cierto, ante la evidente debilidad de Claudia como candidata, López Obradordecidió darle un levantón e iniciar mañana su precampaña presidencial en Tlalpan, para después ir a Coyoacán y acabar en Cuauhtémoc; el mensaje es que deben ayudarla.
En la presentación de lo que sería el gabinete pejista, en caso de ganar la elección en 2018, se vieron situaciones lastimosas como la del exdiputado del PES, Carlos Candelaria, quien, como perrito faldero, se pegó a Sheinbaum en un intento de hacerse notar.
Dicen que ante la imposibilidad de una candidatura, Candelaria le apuesta a que la exdelegada gane la CDMX y le arroje aunque sea una Jefatura de Unidad.
CENTAVITOS… Por cierto, la integración del PES a una alianza con Morena puso en aprietos a más de un pejista, pues nadie pudo explicar cómo es que al PRD lo criticaron por unirse al PAN, y ahora los morenos se unen a Encuentro Social, un partido de la vela perpetua con el que para nada comulgan. Y los inconformes podrán decir misa, pero si no entienden que en el partido en que militan las órdenes se cumplen y punto, están en el lugar equivocado… Del gabinete de López Obrador se podrá hablar mucho, pero proponer a Luisa Alcalde para la Secretaría del Trabajo es un exceso. Parece que su único mérito es ser hija de Bertha Luján, lo que deja la impresión de que el líder moreno buscar armar más un club de cuates que un equipo eficiente, pues la joven no tiene experiencia en la administración pública.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/12/15/1207993
