Por Jorge Samuel Del Villar
El sábado 28 y domingo 29 de julio se presentó la Conferencia “The New Human Story”, en la que participaron el Dr. Joe Dispenza, Gregg Braden y el Dr. Bruce Lipton, en el World Trade Center. En diferentes medidas, los tres son reconocidos científicos; han estudiado en prestigiadas instituciones, han publicado en valiosas revistas académicas. Gregg y Bruce recientemente fueron a la ONU a explicar una correlación de cambios que están sucediendo en el planeta. Recordemos que mucho de lo que compone al conocimiento científico hoy en día, en su momento parecieron meras “locuras”. Es el caso de dos de los pilares de la ciencia del siglo XX: Sigmund Freud y Albert Einstein, muchas de las hipótesis de este último no se pudieron comprobar hasta en este milenio.
En ese contexto, la Reforma Constitucional Educativa marca un cambio de paradigma, de memorizar datos a aprender a pensar. DichaReforma llegó tarde a México, pues en otras latitudes se estableció décadas atrás, pero más vale tarde que nunca. En vez de brindar datos que parecen lejanos al estudiante; los nuevos programas educativos vinculan todo tema de manera directa a la realidad inmediata del alumno.
El Dr. Bruce Lipton aportó a la creación de la epigenética, en términos coloquiales, la ciencia que determina que no estamos necesariamente determinados por nuestro material genético.
Conceptualmente, el hecho de que no estemos predeterminados a ser algo ya es una revolución en sí mismo. Después de colocar el mismo tipo de célula en distintos ambientes, el Dr. Lipton se percató que el ambiente hace que las células se modifiquen dramáticamente, en lapsos muy reducidos de tiempo. Trasladado a las enfermedades, lo que más influye es el ambiente que rodea a las células. La sangre y los químicos que genera el cuerpo son fundamentales.
Hoy la Biología es enseñada como una materia totalmente vinculada al individuo. Si entendemos el efecto que tienen los químicos, tanto externos como internos en nuestra sangre, nos cambia todo el sentido del aprendizaje. En ese contexto, la comida es esencial para prevenir enfermedades tanto físicas como emocionales, que están íntimamente interconectadas.
Una predisposición genética puede nunca desarrollarse dentro de un ambiente adecuado. Comidas nutritivas incluyen las proteínas provenientes de los animales; las grasas como mantequillas, frituras, pan, son sumamente dañinas, mientras que hay grasas buenas, definidas primordialmente como Omega 6. El azúcar es terrible.
Pero los químicos no sólo provienen de afuera, sino de adentro. Nuestro cuerpo genera cierto tipo de químicos, en concordancia con lo que el cuerpo requiere. Por ejemplo, si el ser humano viviera en su hábitat natural, al igual que otras especies requeriría de ciertos químicos para escapar de predadores. El estrés genera hormonas como la adrenalina, cortisol o norepinafrina, que pueden ayudar a un venado a percibir y escapar de un predador. Sin embargo, ya que está a salvo, el organismo del venado regresa a su estado original. Así como malos hábitos alimenticios, el estrés crónico puede ser mortal para el ser humano, debido a que cambia el componente químico de la sangre, generando que las células del cuerpo se enfermen.
La ciencia está evolucionando a pasos agigantados. Tal es la magnitud del cambio que mucho de lo que nos enseñaron en la secundaria y prepa ya se ha modificado. En esta transformación esperemos que esté presente el talento de científicos mexicanos, alumnos que hayan aprendido a pensar y no meramente a memorizar datos que en algún momento se volverán obsoletos. La Reforma Educativa no sólo se debe de defender, sino que se debe expandir todavía más, para incorporar el nuevo entendimiento que se está creando del ser humano.
