Hace algunas legislaturas se estilaba que una cosa era lo que se aprobaba en el pleno de la Asamblea Legislativa del DF, otra lo que se enviaba a la Consejería Jurídica para análisis y aval del gobierno, y algo muy distinto lo que terminaba publicado.
Las diferencias entre lo aprobado y lo publicado en las leyes se dieron sobre todo en cambios de uso de suelo, pues el pleno de Donceles autorizaba la modificación en ciertos inmuebles, y al final aparecían otros que ni siquiera habían sido enlistados.
Nadie sabe a ciencia cierta —más bien no lo quisieron investigar— cuántos inmuebles y durante cuánto tiempo se dio esta irregularidad, que por supuesto generó ganancias millonarias a los desarrolladores y a quienes operaban las letras chiquitas.
Incluso, algunos diferendos sobre diversos temas se dieron al principio de esta administración, cuando la Consejería Jurídica era encabezada por José Ramón Amieva —hoy secretario de Desarrollo Social—, y Manuel Granados, entonces líder de la ALDF.
El área encargada de hacer llegar el documento final al gobierno de la CDMX para su publicación en la Gaceta Oficial, requisito indispensable que las leyes entren en vigor, es la Coordinación de Servicios Parlamentarios.
Ahí es donde se podrían “rasurar”, adicionar o modificar los dictámenes finales, y como nadie se ocupa de ver si lo que se publicó es en realidad lo que se acordó, pues todo mundo puede hacer su agosto.
El tema viene a cuento porque la Mesa Directiva de la ALDF envió una carta aclaratoria a la administración de Miguel Ángel Mancera para que corrija el Código Electoral de la CDMX, pues por equivocación se mandaron textos erróneos.
Se envió el importantísimo Código Electoral de la CDMX con párrafos de más, que según el presidente de la Comisión de Gobierno, Leonel Luna, no fueron aprobados por el pleno y se recurrió a una “nota aclaratoria” para corregir la ley.
Esto indignó a legisladores como Fernando Zárate, Dunia Ludlow y José Alfonso Suárez del Real, quienes aseguran que eso es ilegal, cosa que Luna rechaza.
Independientemente de quién tenga la razón, es delicado que en un tema de por sí ríspido se cometan ese tipo de errores, pues generan desconfianza y un mayor descrédito a la cuestionada Constitución Política de la CDMX.
Hubo un error y de nuevo lo cometió Servicios Parlamentarios, como ocurrió en los tiempos en que el uso de suelo en la capital cambiaba de categoría de manera acelerada sin que nadie atinara a saber por qué.
En aquella ocasión el tema hizo crisis al quedar al descubierto el modus operandide alguien en esa área, e incluso muchos diputados pidieron la cabeza del entonces coordinador Ángelo Fernando Cerda Ponce, quien hoy sigue en el cargo.
Pero el agua no llegó al río debido a los acuerdos de tribus del PRD, pues ese puesto estaba en manos de los bejaranistas, y no permitieron que la guillotina cayera sobre el buen Ángelo.
El tema va para largo y por lo pronto se corrigió con una “nota aclaratoria”, porque, si la ley hubiera regresado a la ALDF, no habría alcanzado a fin de cumplir con los tiempos legales para su aprobación y entrada en vigor.
CENTAVITOS… En sus redes el perredista Mauricio Toledo presume una foto con su tío —así le dice— Héctor Serrano durante el festejo por el cumpleaños del diputado. Lo dicho, aunque es normal que el titular de Semovi se junte con Toledo, es obvio que está mandando mensajes al interior del PRD de que quiere medirse para el 18.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/06/23/1171465
