Como las ratas que saltan del barco a la primera marea, un grupo de perredistas que “no controlan ni a sus nietos”, como dijera el expresidente Luis Echeverría, decidió sumarse a Morena ante la cercanía del reparto de huesos en ese partido.
Cuatro personajes que tienen mucho tiempo alejados del partido, donde carecen de algún peso específico, oficializaron su apoyo al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, al que por cierto no fueron invitados.
Si a alguien le suenan los nombres de Carlos Sotelo, Pablo Gómez, Raúl Morones o Leonel Godoy como “pilares del perredismo que desgranarán al partido”, por favor, que levante la mano.
Este cuarteto, que gracias al PRD ha succionado durante mucho tiempo el presupuesto público, anunció que se va a Morena para seguir “haciendo política”. Seguro como lo han hecho siempre: sin trabajo territorial y esperando que alguien los cargue.
Amantes de la cultura del menor esfuerzo, los cuatro esperan ser recibidos con los brazos abiertos y que algún moreno les deje su lugar. Hasta creen, en el partido de López Obrador nadie se va a bajar, pues quienes fueron gatos hoy son los patrones.
A las nuevas adquisiciones de Morena se les conoce como “Los Orquídeos”, porque sólo son decorativos, no sirven para nada y además salen muy caros.
Habrá que ver qué aportan al pejismo, sobre todo Godoy, a quien en un informe de Gobierno en Michoacán le explotaron un petardo y cuyo hermano Julio Césarrindió protesta como diputado federal para evitar ser aprehendido por narco; hoy sigue prófugo.
O como Pablo Gómez, quien ha lucrado con el Movimiento del 68 para brincar de cargo en cargo y se ha convertido en El Bulto de la película de Gabriel Retes, que se quedó en esa época y quiere seguir vegetando.
Seguro estas ratas que saltan del barco no preocupan al PRD, pues, incluso, hasta le pueden aligerar la carga. Pero a los que sí hay que tomar en cuenta son a los iztapalapenses Arturo Santana y Jesús Valencia, que tienen cierto liderazgo en el territorio.
Santana ya está con los morenos y Valencia tiene pie y medio, porque parece imposible que su padrino Héctor Serrano lo pueda convencer de lo contrario en la reunión que hoy sostendrán para hablar del tema.
Y por cierto, algunos se preguntan qué andaba haciendo Christian Alquicira el fin de semana en un acto de Martí Batres en Xochimilco. Sobre todo porque el muchacho es operador de Víctor Hugo Romo.
CENTAVITOS… A más de uno llamó la atención la nota de Excélsior sobre los cinco aspirantes amarillos a suceder a Miguel Ángel Mancera en 2018. Se mencionó a Armando Ahued, Alejandra Barrales, Manuel Granados y Salomón Chertorivski, pero la sorpresa fue la aparición de Víctor Hugo Lobo, a quien antes ya habían medido en encuestas y para sorpresa de muchos no sale nada mal. ¿A poco el PRD está pensando en lanzar a uno de sus líderes territoriales más fuertes —quizá el más fuerte— a la búsqueda de la candidatura en la Ciudad de México? Habrá que ver cómo reacciona el partido y si eso lo une en torno a uno de los suyos, porque ayer la nota corrió como reguero entre los amarillos y muchos quieren descifrar la señal. A lo mejor ahora sí las tribus se unen en torno a una de sus figuras, que como conoce los códigos de casa puede regresarlos al lugar que han ido perdiendo. Para bien o para mal, Lobo levantó —o le levantaron— la mano, y habrá que esperar las reacciones, incluyendo ataques.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/08/08/1180225
