Ernesto Osorio
Hace unos cuantos días, compartí en redes sociales una frase que decía: “El ignorante ataca con la boca, el sabio se defiende con silencio”.
De inmediato la repliqué por todas partes, pues me parece que es una reflexión muy cierta y atinada sobre la forma en que debemos reaccionar cuando alguien nos agrede con palabras ofensivas o actos que pueden dañar nuestra persona de manera física o moral. No hay mejor forma que responder a la violencia y la agresión, que con sabiduría y mesura, sobre todo mesura.
Bajo esta perspectiva me quiero referir al exhorto que la Coparmex le hizo la semana pasada a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum para que de manera inmediata, se atienda el incremento de la violencia e inseguridad que existe en la capital del país.
Mediante un comunicado los empresarios de esta agrupación pidieron a la gobernante “disminuir la percepción y los índices de inseguridad en un plazo específico, no mayor a 100 días, con el fin de que la actividad económica y productiva de la capital del país no disminuya y el sector empresarial pueda seguir aportando al crecimiento del país”.
Para el organismo empresarial –se explica- el incremento de los acosos a mujeres en la capital del país es consecuencia del deterioro general de la seguridad pública en el área metropolitana, por lo que anunció que trabajan con otros grupos empresariales de la región para incrementar la protección y vigilancia de sus agremiados y la población.
Y tienen razón pues revisando la frialdad de los números sobre incidencia delictiva para la Ciudad de México, según el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública en 2018 hubo un crecimiento en denuncias por delitos contra la libertad y seguridad sexual del 69%, pues pasaron de 2 mil 51 casos reportados en 2017 a 3 mil 475 el año pasado y eso sin contar la cifra negra que son la mayoría (delitos no denunciados). Un fuerte contraste cuando se compara con el incremento que hubo a nivel nacional que fue de apenas el 12 por ciento.
Es por eso que los empresarios hacen énfasis al pedirle a la Jefa de Gobierno y su equipo: “dimensionar de forma clara y precisa el acoso contra las mujeres en las calles cercanas y dentro del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Metrobús y otros medios de transporte identificados con la problemática, para poder generar un protocolo de actuación preciso y eficaz para la policía capitalina y los ministerios públicos”
La semana pasada referíamos aquí mismo algunos ejemplos de la forma tan poco profesional y moral en que la pasada administración dimensionó el problema de la seguridad contra las mujeres; la procuradora Ernestina Godoy ha demostrado cómo se clasificaban erróneamente las carpetas de investigación para maquillar una realidad que sus antecesores se negaron a reconocer como grave, y que ahora, alcanza niveles más peligrosos.
Por ello, toda iniciativa que ayude a que las mujeres se sientan más seguras, debe reconocerse y replicarse. En los últimos días concesionarios de agencias de automóviles, comerciantes de la calle, restauranteros, accesorias han ofrecido su auxilio a las chicas que puedan encontrarse en peligro.
Junto con ellos y a principios de febrero apareció en calles de la Ciudad, una peculiar campaña de anuncios con fondo negro y letras en blanco con la leyenda “Me están Llevando. Grita para ayudarte”. La agencia Mediacom Beyond Advertising fue la responsable de contratar estos mensajes en parabuses, mobiliario urbano y espectaculares. La campaña fue replicada y respaldada por la firma Clear Channel México y rápidamente se propagó con éxito en redes sociales.
La campaña, no gustó a la Jefa de Gobierno por lo que ordenó investigar quien estaba detrás de ella, pues a su entender, se trataba de una campaña “para dañar su imagen”.
John Cacioppo un investigador, neurocientífico y psicólogo estadounidense y creador de la teoría de la neurociencia social, escribió hace algunos años que nuestro cerebro registra con mayor atención los mensajes negativos, que los positivos y por tanto, nuestras actitudes están más fuertemente influenciadas por malas noticias que por las buenas noticias. A eso, se le llama un buen marketing. Es cierto doctora Sheinabum, la campaña buscaba eso y lo logró pues puso en evidencia a un estado de fuerza policial inepto, incapaz de resolver el problema de la inseguridad pero usted, reaccionó de manera equivocada.
La respuesta a esta campaña orquestada, por sus detractores (importa poco quienes sean) debió ser más mesurada e inteligente. Mandar investigar a los responsables de la campaña y pedirles cancelarla, sólo dejó un mal sabor de boca entre los ciudadanos pues con ello dejó en claro que antepone el cuidado de su imagen política, a la solución de un problema que corroe y duele.
Darle a este problema su justa dimensión –como lo piden los empresarios de la capital- implica dejar de lado filias y fobias; implica hablar con la verdad, por cruda que parezca y mostrarse ante los capitalinos como una mujer de estado, como una mujer que sabe tomar decisiones firmes y no solo políticas.
Lo mejor en este caso doctora Sheinbaum, hubiera sido “defenderse con el silencio”.
Foto:@ArturoAguirre
