Por Ernesto Osorio
@Brosorio, @Gaceta_C y @discursoydebate
Que el PRD desaparece?, fue la pregunta que me hizo un muy querido amigo hace unos días, respecto de la posible pérdida del registro de ese partido. -No, cómo crees, le respondí, y de inmediato me vinieron a la mente las clases de física en la secundaria, cuando nos explicaron una de las leyes fundamentales de las ciencias naturales y que se resume en unas pocas palabras:
“La masa de un sistema permanece invariable cualquiera que sea la transformación que ocurra dentro de él”; esto es “en términos químicos, la masa de los cuerpos reaccionantes es igual a la masa de los productos en reacción”.
Seguramente nuestra Jefa de Gobierno electa Claudia Sheinbaum entenderá mejor que nadie lo que esto quiere decir, pero es la mejor manera de explicar lo que de verdad le pasa al PRD.
Simplemente se transformó. Nunca ha desaparecido, ni desaparecerá.
Los fundadores, precursores y constructores de lo que hace más de 22 años fue la alternativa de izquierda, que millones de capitalinos abrazaron como una opción a los regímenes autoritarios del PRI, en su gran mayoría ya son de Morena.
¡Y no fue hace algunos meses que migraron de un partido a otro con motivo del proceso electoral! Hay quienes “brincaron del barco” desde hace más de dos años para acompañar a Andrés Manuel López Obrador en la construcción de su nuevo partido, pues en el PRD ya se había perdido rumbo.
Por esa misma naturaleza del PRD es que Morena está condenada a pasar por la misma transformación y metamorfosis que recién vivió el partido del Sol Azteca, con los dirigentes de la corriente Nueva Izquierda Jesús Ortega y Jesús Zambrano, quienes se quedaron solos con su “tribu” y con su “alfil” Alejandra Barrales, para convertirse en los sepultureros del membrete de ese instituto político.
Porque fue sólo el membrete, insisto, pues el PRD sólo se transformó en Morena y su naturaleza no cambió. Y para muestra van dos botones:
Morena, a decir de su dirigente nacional Citlali Ibáñez Camacho (a) Yeidckol Polevnsky, representa un cambio radical en el país. Pero yo le preguntaría ¿cómo creer de verdad que son un cambio, ante el comportamiento de la virtual senadora electa de Morena por Baja California, Alejandra León?, si esta mujer hizo gala de un vergonzoso estado de ebriedad para mostrarse en redes sociales con una conducta poco moral. Yo le pediría a Citlali que me explicara ¿en dónde está ese cambio?
Y no es que me escandalice, sólo trato de hallar congruencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Pero #ladychampagne no es la única joyita…
De muy buena fuente nos enteramos que lo más seguro es que la alcaldesa electa por Álvaro Obregón, la ex senadora Layda Sansores, de Morena, no llegará a ocupar el cargo que le confiaron los vecinos de esa demarcación, porque simplemente se debe a su primer patrón.
La alcaldesa electa para Álvaro Obregón le daría la espalda a los millones de ciudadanos que la eligieron para sumarse al gabinete de Andrés Manuel López Obrador y dejaría el cargo a un amigo o amiga cercana, pues “ella está en otro nivel” (escuchado así por voces cercanas a la ex senadora).
Dicen que aunque el mismísimo “Peje” subió durante la campaña a las redes sociales un video en el que describe de Layda como una mujer inteligente, preparada y “honesta”, ella no se sintió a gusto haciendo campaña en una localidad que desconoce y que sólo caminaba por compromiso cuando llegaba la Jefa de Gobierno electa Claudia Sheinbaum o el mismísimo señor de Macuspana.
Para el relevo suenan Carina Piceno, una colaboradora muy cercana al recién electo diputado local de Morena Eduardo Santillán, por cierto ex Delegado en Álvaro Obregón impuesto por el perredista Leonel Luna en el año 2010, mismo al que traicionó luego del atentado en contra del futbolista Salvador Cabañas en el Bar-Bar de Insurgentes, un antro ilegal abierto durante la administración de Luna, pero que Santillán toleró hasta verse acosado por la presión mediática y delatar una supuesta “complicidad” de su ex jefe con gente del narco-menudeo.
La otra carta fuerte para llegar al cargo, en lugar de Sansores, es Alberto Esteva Salinas, el cuestionado ex secretario de Seguridad Pública de Oaxaca en la administración del ex gobernador Gabino Cué, surgido de las filas de Movimiento Ciudadano.
Esteva se sumó al equipo de asesores de Layda a finales de 2017 a invitación del esposo de aquella, y aunque se pensó que podía resolver la crisis causada por las facturas de Sansores “endosadas” al Senado, el “community manager” de Layda no pudo contra el escándalo de los caprichos cargados al erario.
El oaxaqueño es quien suena con mayores probabilidades de ser el nuevo alcalde sustituto en Álvaro Obregón. ¿Existe alguna diferencia entre los elegidos por Morena y los candidatos perdedores de los otros partidos? Por supuesto que NO.
Lo dijo el químico Antoine Lavoisier: “La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma”.
*Es fundador y Director editorial CDMX de los portales digitales de información www. discursoydebate.com y www.gacetaciudadana.com. Cuenta con 25 años de trayectoria periodística trabajando la fuente política y social de la Ciudad de México. Es diplomado en artes culinarias y jugador amateur de soft-baseball. Su columna “Screwball” se publica en www.gacetaciudadana.com
